Habitantes de Flamboyanes, Progreso, relatan historias paranormales en la zona de invasión

Desde mala energía, a un charro salir de un árbol son las historias de habitantes de la comisaría de Progreso relatan en la zona de invasión
viernes, 23 de junio de 2023 · 09:06

Apariciones y leyendas urbanas invaden la comisaría Flamboyanes. Al ser estos relatos transmitidos de generación en generación, mantienen vivas las creencias formadas desde los primeros años de esta comunidad.

Son comunes las apariciones en la instalación de juegos infantiles ubicada a un costado de las oficinas del comisario Carlos Noyola Sosa. De hecho, en la última vaquería realizada en la comunidad, el funcionario comentó sobre las incontables veces en que el aspecto paranormal ha acontecido en esa área.

Se describe al espectro fantasmal como una niña que ronda al mediodía por los pasillos. Incluso, hay quienes aseguran haber visto los juegos en movimiento estando vacíos.

De igual forma han sido numerosas las ocasiones en que, sobre todo adultas mayores creyentes del respeto a estas situaciones, aseguran sentir la mala energía. En esos casos, algunas aseguran rezar cuando transitan por el lugar a altas horas de la noche.

Asimismo, en las entrañas del área de invasión se registra actividad paranormal. Los pobladores aseguran que, durante el penúltimo mes del año, bajo un árbol de grandes dimensiones ven a un charro a caballo emprendiendo su cabalgata en los pasillos del sitio.

Para acceder a este punto se organizó un tour por los lares, el cual fue dirigido por uno de los lugareños, el tricitaxista Pascual Soto C. Al igual que algunos de sus vecinos de Flamboyanes, Pascual llegó desde otro Estado; él se asentó hace ya un año y medio en esta comisaría luego de abandonar su natal Isla Aguada, Campeche, ubicada a pocos kilómetros de Ciudad del Carmen.

“Mucha gente habla del charro. Empieza a cabalgar y se escuchan claros los sonidos del galopeo, la gente tiene miedo y prefiere ni salir a la puerta de sus casas. También se ha visto la silueta del caballo con un hombre vestido de negro encima de él” expresó el chofer.

El árbol donde aseguran que se manifiesta el espectro fantasmal tiene un tipo de pozo junto a sus raíces y todo a su alrededor está enmalezado. Este conjunto da un aspecto aún más macabro para los vecinos que habitan enfrente, en la extensa cuadra de casas de cartón.

Un dato particular es que la zona donde se aparece el charro es uno de los puntos de mayor rotación, debido a que las viviendas de invasión pueden ocuparse sin complicaciones apenas sean abandonadas.

“Nadie quiere vivir ahí porque son claras las apariciones todo el año, aunque para fieles difuntos se siente más la presencia de este ser de origen desconocido. Habría que preguntar a la gente con más tiempo  en la región si ocurrió algún homicidio o si alguien se suicidó”, agregó. 

Uno de los rituales que realizan quienes creen en esta leyenda urbana consiste en cerrar sus puertas minutos antes de las 0:00 horas. Permanecen encerrados en completa oscuridad, en medio del silencio y las bajas temperaturas ocasionadas por la cercanía con la maleza durante los días de invierno.

Existe la creencia de que enunciar plegarias y oraciones con un rosario en mano aleja a estas malas energías. Uno de los últimos casos relacionados con este macabro personaje ocurrió a principios del mes a un pescador que, en estado de ebriedad, permanecía deambulando en horas de la madrugada. Los relatos dieron a conocer que algo le hizo reaccionar y caer en una crisis nerviosa, pues el sujeto empezó a gritar en el área hasta llegar a su domicilio. Hasta el momento se desconoce qué fue lo que vio porque el hombre de mar se niega a hablar de ello.

“La gente que tiene religión se apega a ello, se sienten más tranquilos y, sobre todo, yo creo que perdura el respeto. Creamos o no en este tipo de seres del más allá, debemos mantenernos al margen”,  finalizó el transportista de Flamboyanes.

La tensión en el sector aumenta debido a que el lugar se encuentra bajo una vigilancia hostigadora por parte de la comunidad y de las dependencias del Estado. Cada arribo incrementa el temor de los pobladores por un posible desalojo resultante de la regulación que se ha estado buscando desde hace más de una década.

Cabe mencionar que las malas energías son habituales en el punto. Es bien sabido que a lo largo del año se han reportado casos de violencia, entre ellos incendios provocados por los mismos vecinos dentro de sus casas, como ocurrió hace un par de semanas.

Los suicidios y hechos trágicos también abundan en esta zona de invasión, aunque destaca que no se registra una muerte desde hace más de cinco años, puesto que todo ha quedado en heridos de gravedad que terminaron rehabilitándose en el hospital.

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LV