Paraíso Sisal, de 'moneda de cambio' de los Barbachano a negocio millonario de los Campos Agüero

Los Campos Agüero tuvieron que esperar 30 años para construir sobre terrenos aledaños al Área Natural Protegida de El Palmar. Su anterior dueño, Fernando Eugenio Barbachano Herrero, solo los usaba como fianza para obtener préstamos para sus empresas
martes, 28 de marzo de 2023 · 09:13

En 30 años, los terrenos en Paraíso Sisal donde los hermanos Víctor y Daniel Campos Agüero pretenden construir un complejo inmobiliario y turístico, pasaron de ser “objeto de garantía” utilizado por su expropietario Fernando Barbachano Herrero para obtener fianzas, a una zona de alto valor comercial, arrancada a la Reserva Estatal El Palmar, mediante maniobras basadas en los vacíos de la ley.

Los tablajes catastrales que ahora pasan como “herencia” de los Campos Agüero a sus hijos, incluso estuvieron a punto de ser embargados en varias ocasiones debido a las deudas que contrajo Fernando Barbachano Herrero quien, por cierto, en el 2018 le “vendió” un tercio de los terrenos a uno de sus hijos y éste en 2020 cedió su parte a los actuales propietarios, que ya eran dueños de los otros tercios.

Los registros públicos de la propiedad a los que POR ESTO! tuvo acceso demuestran que los tablajes catastrales que durante décadas habían sido propiedad de Fernando Eugenio Barbachano Herrero, tras ser vendidos a los Campos Agüero, éstos consiguieron lo impensado: los arrebataron a la Reserva Natural El Palmar, mediante un decreto firmado por la exgobernadora Ivonne Ortega, y ya con eso obtuvieron el permiso del exencargado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Hernán José Cárdenas López, para lotificar, construir y vender más de 400 predios en las diversas etapas del proyecto.

 Hoy, muchas de las propiedades en esa parte de la costa de Yucatán, los empresarios las han vendido a extranjeros y a personas de otros Estados de la República.

La zona es colindante con la Reserva El Palmar, un área natural protegida de 47 mil 931 hectáreas, donde habita una variedad de flora y fauna, la cual ha sido dañada -según afirmaron ambientalistas- debido a la comercialización que realiza la Inmobiliaria Sisal, cuyos socios son Víctor Manuel y Daniel Campos Agüero.

Como ha informado POR ESTO!, los terrenos que en un principio los integrantes del “Cartel de Sisal” lograron lotificar, para luego urbanizar y construir sobre lo que ahora se conoce como Paraíso Sisal, en la costa de Hunucmá, Yucatán, corresponden a los tablajes catastrales 1896, 2888, 2889, 4802, 4803, 4804 y 5565.

 Barbachano Herrero usó desde los años 80 y 90 hasta la primera década del 2000 uno de los predios como fianza en sus negocios, por lo que estuvo involucrado en intentos de embargo por conflictos legales en algunas transacciones mercantiles, y hasta una demanda laboral. Este fue el único uso “productivo” que el empresario encontró en dicho terreno virgen, pues en ese entonces era ilegal lotificar y construir en esa zona.

De acuerdo con información consultada en el Registro Público de la Propiedad, el terreno registrado bajo el tablaje 1896 (folio electrónico 848255) fue objeto de varios intentos de embargo desde 1994, debido a que la empresa Mayaland Tours, S.A. de C.V., también propiedad de Fernando Barbachano, se usó como fianza a través de Afianzadora Lotonal, S.A. en una de sus transacciones mercantiles.

Valiosa propiedad

Aunque entonces no tenían el valor actual, los terrenos de Sisal fueron una valiosa fianza para Fernando Barbachano.

Con base en el número de inscripción 176854 del Registro Público, el 12 de enero de 1998, se reconoció que el tablaje 1896 fue objeto de fianza para “garantizar el exacto cumplimiento de las obligaciones que le impone el contrato de comisión mercantil celebrado con los beneficiados”, aunque no se menciona quién fue la otra parte involucrada.

En esa línea, el predio se volvió objeto de diversos intentos de embargo por adeudos de Mayaland Tours y Fernando Barbachano, acciones emprendidas por la Administración Local de Auditoría Fiscal de Mérida; el 25 de febrero de 1999, por el cobro de 18 mil 330 pesos (según consta el registro de inscripción 176985); el 12 de mayo, por un pago de un millón 772 mil 497 pesos (folio 4089).

También, el 28 de julio de 1999 se promovió un procedimiento administrativo de embargo por 352 mil 478 pesos (expediente Z-171102); el 17 de mayo del 2000 fue por la cantidad de 434 mil 650 pesos (número de inscripción 176996).

Para el 28 de mayo de 2001, la propiedad fue parte de un litigio mercantil, con número de expediente 25/2001, promovido ante el Juzgado Civil 57, según el oficio 1064/2001, y fechado el 22 de junio del 2001. Dicho juicio fue a favor del banco Santander, pero ahora el deudor era Uxmal, S.A. de Fernando Barbachano, por el cobro de un millón 9808 mil 8807 pesos. No obstante, dos días después, el empresario interpuso un amparo.

En dichos registros no se señala cómo se resolvió el juicio mercantil. Eso no es todo, para el 4 de noviembre de 2008 se abrió un nuevo expediente, pero esta vez en la Junta Especial 4 Local de Conciliación y Arbitraje de Yucatán, con el número 491/2007, por un juicio laboral a favor de Alberto Huchim Balam, contra Mayaland Adventures S.A. de C.V. y su dueño, Fernando Barbachano; la deuda ascendía a 254 mil 507 pesos.

Y aparecen los Campos

Sin embargo, la historia de Sisal pronto daría un giro. Tras casi 20 años de litigios, a partir de junio de 2008, Fernando Barbachano y sus empresas lograron obtener la cancelación de cada uno de los embargos promovidos desde 1999 hasta 2001, mientras que el originado en el juicio laboral en 2008, fue cancelado el 13 de mayo de 2009. Además, el 16 de enero de 2012, el predio dejó de ser prenda de la Afianzadora Lotonal, lo que abrió la posibilidad de que esta tierra pudiera usarse para compra-venta.

Así ocurrió el 31 de diciembre de 2018, cuando se celebró una transacción de adquisición pues el empresario Fernando Barbachano Herrero vendió los tablajes a orilla de playa a su hijo John Patrick Barbachano Perschbache y sus socios Daniel Iván Campos Agüero y Víctor Manuel Campos Agüero, con lo que cada uno de los tres quedó con una participación de 33.3 por ciento sobre la propiedad del terreno. Dos años después, el 28 de enero de 2020, John Patrick vendió su parte a los Campos Agüero.

Maniobra legaloide

En resumen, como constan los registros públicos, hasta 2018 el terreno fue usado para otros fines que no incluían venta ni construcción, lo que explicaría por qué en un principio este predio no se incluyó en el proyecto de urbanización que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) no autorizó en 2006 (MIA 31YU2006UD006), sino que fue incluido en el aprobado en febrero de 2018 (MIA 31YU2017UD085).

A propósito, el tablaje 2889, junto al 2846 fueron los únicos incluidos en el proyecto que la Semarnat rechazó en 2006 por considerarlos dentro del Área Natural Protegida de la reserva ecológica El Palmar. Este segundo predio, que también perteneció a Fernando Barbachano, fue dado en pago (por 3 millones 442 mil 945 pesos) al banco BBVA Bancomer el 29 de enero de 1997, por una operación relacionada con la empresa Mayaland Tours.

 

Sin embargo, el 29 de marzo de 2005, la Inmobiliaria Paraíso Sisal compró el predio al banco BBVA representado en ese entonces por Jaime Manuel Trejo Orozco y Rubén Campos Osorio, según consta en el Registro Público de la Propiedad. En ese momento el terreno todavía formaba parte de la reserva ecológica de El Palmar.

Ante esta situación, los Campos Agüero echaron a andar a su equipo legal para demandar en contra del dictamen técnico que la autoridad ambiental emitió contra el Manifiesto de Impacto Ambiental en su momento, precedente legal que les dio carta abierta para construir su desarrollo inmobiliario.

De esta manera, obtuvieron la sentencia que dejó sin efectos dicho dictamen y que apuntaron en el Registro Público de la Propiedad, no solo el predio 2846 y 2889, sino también en los tablajes 4803 y 4804, terrenos que se incluyeron en el proyecto de urbanización de la Inmobiliaria Paraíso Sisal, de los Campos Agüero, que sí obtuvo autorización en 2018.

Es así que estos personajes, los Campos Agüero, blindaron su camino para poder actuar, y construir sobre terrenos que previamente estaban protegidos por su valor ambiental; la autorización para deforestar y poner en riesgo a especies protegidas de flora y fauna fue respaldada mediante al “decretazo” con el que la exgobernadora estatal, Ivonne Ortega, oficializó el recorte de los terrenos a El Palmar en 2010.

Continuará…

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CC