Fabricantes de las 'alpargatas chillonas' comienzan a desaparecer en Mérida

En lo más recóndito del mercado “Lucas de Gálvez” en Mérida, pero atendidos por personas que te dan un cálido recibimiento, se encuentran los negocios fabricantes de las famosas alpargatas chillonas, el calzado tradicional que se usa en las vaquerías yucatecas.

Aunque es un oficio que ha trascendido por generaciones, al paso de los años se ha ido perdiendo. Manuel Chan Canto, de 63 años, del puesto 129, “La Unión”, compartió que toda la vida se ha dedicado a este trabajo, porque ha sido “fácil” para él, pues lo aprendió desde que era joven de su padre. “Al día hago tres a cuatro pares; lo que me gusta de mi trabajo es que soy mi propio jefe y no tengo horarios”, comentó.

Explicó que, para confeccionar el calzado, usa puro cuero, que es de los que están hechas las originales y famosas “chillonas”. Dijo que, a diferencia de una alpargata “normal”, la chillona es de cuero, no de llanta.

“Ahora ya no chillan, antes lo hacían porque se curtía con la resina del árbol Chukum, pero como casi se acaba con la especie, lo protegió la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y ahora se curte con ácido sulfúrico y otros tipos de materiales, es un curtido perfecto, pero se le quedó ese nombre (chillonas)”, dijo.

Señaló, que ahora la juventud no está interesada en aprender a realizarlas y es un oficio noble, donde se está en la sombra y no se tiene un jefe, pero ahora ya quedan como ocho puestos que únicamente quedan en este pasillo, porque ya han fallecido grandes “alpargateros”.

“Las alpargatas actualmente es una herramienta, que lo usan para bailar jarana los jóvenes, también los cómicos regionales ya no se usan como antes para vestirse porque duraban hasta años”, agregó.

En este sentido, recordó que varios cómicos han venido a comprarle e incluso Dzereco y Nohoch; él les fabrica el calzado y el papá de Manuel se los fabricaba al padre de los hermanos, Mario III.

En cuanto a los precios, señaló que actualmente cuestan 650, debido a que los productos para la fabricación han ido subiendo. Cabe recalcar que, en el pasillo, ahora ya son pocos puestos donde se vende este calzado y el que se teme que se pueda perder debido a la falta de interés por los jóvenes.

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NM