Invasión de inmobiliarias en Mérida deja sin tierras a ejidatarios de Santa Gertrudis Copó

Desde el 2008, en Santa Gertrudis Copó ya no se contaba con propiedades ejidales, pues ya habían sido vendidas a inmobiliarias que operan en Mérida
sábado, 2 de diciembre de 2023 · 08:24

De acuerdo al Programa Parcial de Desarrollo Urbano de Santa Gertrudis Copó de 2008, ya en esa época prácticamente no había tierras de propiedad ejidal ni reserva de suelo para crecimiento futuro dentro del área de estudio, pues se había vendido a particulares, lo que dejó la comunidad sin espacios para uso público o de bajo costo.

La poca tierra restante estaba en proceso de ser parcelada y comercializada de forma privada en estado natural, sin servicios ni equipamiento urbano, lo que elevaba su precio dado el potencial para desarrollos privados; ahora, la zona paga el alto costo de la mala planeación urbana con proyectos como Aantik, una muestra de una década perdida de la administración municipal a cargo de Renán Barrera Concha.

Aantik, tal como sostiene la población, fue la gota que derramó el vaso de la paciencia y crecimiento de megaproyectos privados que rompieron la calidad de vida de los habitantes mayas de esa pequeña subcomisaría y sus alrededores. 

Daniel Silva

En 2008, la densidad poblacional de Copó era de alrededor de 50 habitantes por hectárea en la periferia y hasta 150 habitantes por hectárea en el Centro, lo que representaba un valor medio, según el Programa Parcial. Pero la dinámica de crecimiento apuntaba a una densificación acelerada.

Aunque el modelo planteaba núcleos de desarrollo con cierto grado de autonomía, en la práctica, Santa Gertrudis fue rápidamente absorbida por la mancha urbana de Mérida, pero sin planeación que garantizara servicios e infraestructura. 

De acuerdo al Programa Parcial, el uso habitacional se expandía de manera desordenada, con invasión de derechos de vía. La vivienda de interés social era prácticamente inexistente, mientras se construían grandes desarrollos privados que eran habitados solo de forma intermitente. 

Daniel Silva

El gobierno municipal nunca se preocupó por dotar de servicios suficientes la zona en expansión, con lo que crecía la desigualdad frente a la ciudad de Mérida. En 2008 la dotación de equipamiento era muy inferior a la norma establecida en el programa para las necesidades calculadas de la población existente y proyectada.

El Programa Parcial proponía lineamientos ambiciosos para infraestructura, equipamiento, áreas verdes, saneamiento del entorno, incluyendo un transporte público moderno y accesible. Pero en los hechos, el crecimiento de la mancha urbana superó las previsiones, sin la correspondiente habilitación de tales dotaciones y servicios. 

En materia de densificación, el programa planteaba estrategias para consolidar la ocupación de lotes existentes antes de expandir la mancha en nuevas reservas de suelo, así como normas para ordenar y densificar de manera paulatina. Pero la rápida absorción de Copó a la zona metropolitana de Mérida provocó una densificación acelerada, carente de planeación.

Daniel Silva

Hace 15 años, el programa advertía de usos de suelo incompatibles, como la proliferación de giros industriales, talleres mecánicos, bodegas y algunos servicios en las mismas zonas habitacionales, tanto en el centro del pueblo como en las áreas periféricas. Esto presagiaba los conflictos viales y ambientales posteriores, pero nadie hizo nada.

El modelo de 2008 centralizaba los usos productivos en las vialidades de mayor jerarquía, para que el resto de superficie tuviera aptitud preferente para vivienda residencial de baja densidad. Pero el patrón real de ocupación ha sido una mezcla aleatoria de usos sin clara delimitación de las diferentes zonas. 

En cuanto a arterias, proyectaba desarrollar una red con jerarquía clara que hiciera funcional y segura la circulación vehicular a la vez que protegiera al peatón. Pero debido a la densificación acelerada, en los hechos se ha complicado en extremo la movilidad con el consabido aumento de tiempos y costos de traslado.

Daniel Silva

Sobre el modelo económico, el programa proyectaba una reducción de la actividad agropecuaria en favor de desarrollos habitacionales, así como una intensificación de actividades productivas secundarias y terciarias a lo largo de las vialidades principales, pero separadas de las zonas centrales. Esta estrategia tampoco se materializó según lo previsto. 

El crecimiento desordenado ha propiciado zonas con alta vulnerabilidad ante eventos perturbadores, sin una cultura de protección civil, contrario a lo planteado en el programa. De igual forma, no se consolidó una identidad e imagen urbana de Copó.

Un aspecto que no estaba tan presente en el análisis de 2008 es la dimensión ambiental; el acelerado y caótico proceso de urbanización y densificación no tomó en cuenta criterios para la conservación de la flora y fauna original de la zona, ni la preservación de elementos de identidad del poblado previo. No hay una gestión del paisaje que mitigue impactos.

Daniel Silva

Quizá el mayor contraste entre lo postulado en 2008 y la realidad actual se da en el rubro de espacios públicos y áreas verdes recreativas: establecía lineamientos claros para que existieran reservas de este tipo acordes al número de habitantes, pero lo construido ha sido básicamente vivienda y construcciones privadas, dejando muy poco espacio disponible que no sea de propiedad particular.

De esta forma, la densificación de Copó ha ocurrido de manera insostenible, sin una gestión pública que garantice dotación suficiente y equitativa de servicios, equipamiento e infraestructura para los habitantes existentes y los que se seguirán adicionando con los nuevos desarrollos inmobiliarios que están en marcha, como el proyecto Aantik de 5 torres de apartamentos de lujo. 

Daniel Silva

La situación actual de esta zona anteriormente semirrural e independiente dista mucho de la visión que planteaba el programa de 2008 para un desarrollo ordenado de acuerdo a las normas, al consolidar, primero, las áreas existentes antes de expandir la mancha urbana, pero preservando su identidad y brindando calidad de vida incluyente a sus pobladores.

Este fenómeno de crecimiento desbocado también se conoce como gentrificación, cuando una población original de menores ingresos es desplazada por nuevos habitantes de alto poder adquisitivo, acompañada de una terciarización desordenada de los usos de suelo y pérdida del tejido social previo, lo que parece estar ocurriendo en el caso de Copó. 

Es claro que las previsiones y estrategias urbanas planteadas en 2008 para lograr un desarrollo ordenado y equitativo de Santa Gertrudis Copó no se cumplieron. En su lugar, la suburbanización acelerada y el mercado inmobiliario desregulado han impuesto un patrón insostenible de crecimiento, afectando la calidad de vida de sus pobladores.

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NM