Ejidatarios realizaron una asamblea para defender 4 mil hectáreas que colindan con la carretera a Celestún y que son ambicionadas por empresarios inmobiliarios con el respaldo del comisario ejidal Basilio Poot Chac (a) Baspot.
La junta tuvo lugar en el parque de la población, en la segunda convocatoria emitida por la Procuraduría Agraria, como parte de una petición realizada por 20 campesinos, y en la que Baspot no salió a dar la cara.
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Los afectados Gregoria del Rosario Dzul Cuá, Modesta Canul Chuil, Sara María Dzul Tzuc y Federico May Cuitún señalaron que el llamado fue emitido por la Procuraduría Agraria, ya que el Comisario se negó a hacerlo, a pesar de estar obligado a realizarlo de acuerdo con la Ley.
En representación de la citada dependencia en la congregación estuvo Miguel Quijano Navarro y la visitadora Paola García Uicab; mientras que como presidente de la Mesa de Debates fungió Javier Antonio Pech Dzul; como secretario, José Eduardo Madera Canul, y como escrutador, José Enrique Tec Poot.
Gregoria Dzul apuntó que esta reunión estaba programada para realizarse en la Casa Ejidal, pero su encargado no abrió las puertas, por lo que tuvo que cambiarse el punto de reunión al parque.
A su vez, Sara Dzul explicó que hubo un apoyo unánime de los hombres del campo durante la asamblea. “Salió mucha gente a la plaza y votó todo el mundo con libertad. Los ejidatarios han abierto los ojos y se dan cuenta de lo que está pasando en los montes del municipio. Hasta ahora, los campesinos han sido engañados por el Comisariado, pero se presentaron, incluso en sillas de ruedas, para dar su palabra. Ya nos habían dicho que nuestra lucha no tenía futuro, que la abandonáramos, pero ahora somos muy fuertes. La tierra no se vende, la vamos a defender”, expresó.
Los afectados apuntaron que no es de extrañar que Baspot no haya acudido a la reunión. “El Comisario no ha hecho algún encuentro legal, ni siquiera para dar informes, durante más de dos años lo único que ha hecho es malbaratar las tierras a empresas inmobiliarias. Por fin se hizo una junta formal en la que los ejidatarios detectaron que 71 de nosotros poseemos 4 mil hectáreas ambicionadas por constructoras”, recalcaron.
En la sesión, además de reconocer a los propietarios, también se aprobó por unanimidad una serie de acuerdos en los que ordenan al Comisario Ejidal y al Consejo de Vigilancia defender la posesión de las parcelas de la comunidad amenazadas por intereses económicos ajenos, como proyectos inmobiliarios y empresas porcícolas y avícolas, entre otros rubros.
Los campesinos manifestaron que están muy enojados e inconformes con su representante, ya que saben de los movimientos que Baspot y sus cómplices han intentado realizar, como son “asambleas chuecas” para entregar los terrenos a acaparadores urbanos que quieren que la tierra se les regale.
Los afectados también exigen proteger hectáreas de Kinchil que fueron adjudicadas ilegalmente al ejido de Tetiz, cuyas autoridades están colaborando con especuladores inmobiliarios que pretenden aprovecharse de los montes.
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NM