Comerciantes mantienen viva la tradición del tianguis de la colonia Santa Rosa de Mérida

Con casi 20 años de existencia, el tianguis de la colonia Santa Rosa, que se realiza en el parque ubicado en la calle 97 entre 46 y 46-A, es uno de los de mayor tradición en Mérida y desde su inicio siempre se lleva a cabo los miércoles.

“Venimos sin falta, aunque sean días festivos. El Hanal Pixán aquí lo celebramos (semanas atrás)”, afirmó María Francisca Angulo Domínguez, quien es una de las fundadoras.

Conocida en el rumbo como Paquita, compartió que hace 18 años comenzaron en el lugar unos 30 comerciantes, ahora son cerca de 100. “En espacios con lonas somos 50 y en los alrededores del parque deben ser otros 50”, indicó.

Detalló que “comenzamos a armar todo desde la medianoche para que esté listo desde temprano, porque comenzamos a vender desde las 6:00 horas. Agregó que el tianguis se mantiene hasta después de las 13:00 horas, cuando el Sol “pega” más fuerte. Terminan de desmontar a las 16:00 horas aproximadamente.

Paquita ofrece productos diversos, “de todo un poco”, ropa, baterías, incluso colores y artículos escolares, aprovechando la cercanía de la primaria, José C. Palma.

La afluencia al colegio propicia un buen movimiento en el parque durante las horas de entrada y salida, lo mismo que la actividad en la parroquia de Santa Rosa de Lima. “Cuando tienen su kermés y festejos, el Padre nos renta algunas lonas”, reveló la comerciante.

El tianguis es tan conocido que hasta se pueden ver turistas que lo visitan y nuevos locatarios se van anexando. “Quien quiera venir es bienvenido, sobre todo si son vecinos de la colonia, les buscamos un espacio”, dijo Paquita.

Inconformidades

Si bien el tianguis que distingue a la colonia va bien, vecinos de la Santa Rosa denunciaron cierto abandono del parque.

“La cancha de basquetbol le dieron mantenimiento al inicio de esta administración, pero usaron una pintura muy mala que con la primera lluvia se decoloró”, comentó el dueño de un taller que se ubica justo enfrente.

Agregó que “los aros los donaron, porque los que había ya estaban muy malos y nosotros compramos las redes y barremos y limpiamos los días que entrenan”.

Otra queja fue respecto al arenero, sobre todo porque el Ayuntamiento ha cambiado el área de juegos de otros parques de la ciudad y el suyo no ha sido tomado en cuenta.

Pero la mayor inconformidad de los colonos fue respecto al administrador del campo softbol, a quien acusan de haberse adueñado de ese espacio y usarlo “como su patio”. “No deja pasar a la gente, a caminar, solo a quien él quiere o quien paga”, denunciaron.

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NM