La Reserva de la Biosfera Ría Lagartos alberga a especies de escama con gran valor económico, sin embargo, el futuro de la pesca es incierto, por lo que se están realizando estudios con el objetivo de conocer la estructura de la ictiofauna (géneros de peces que existen en la región biogeográfica) y evaluar la función de la ría como área de crianza y alimentación de los ejemplares.
La captura marina es la principal fuente de ingresos en la reserva, no obstante, para el 80 por ciento de los hombres de mar esta actividad ya no brinda estabilidad, ya que han detectado cambios en la cantidad y tamaño de los animales que capturan, según reveló la investigadora Mariana Lozano Rivera en su tesis presentada este año para obtener el grado de licenciada en geografía expedida por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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La geógrafa destacó que los pescadores son conscientes de los impactos que ocasionan en los ecosistemas, pero en ellos persiste una perspectiva individualista sintetizada en la siguiente frase: “Si yo no aprovecho los recursos, vendrá alguien más que si lo haga”.
Agregó que la captura ilegal está presente en la reserva y genera “destacables tensiones que a veces han desembocado en conflictos, por ejemplo, normalmente los marineros de la reserva señalan a las embarcaciones procedentes de Dzilam de Bravo como las que incurren en esta práctica”.
Lozano Rivera detalló que Ría Lagartos aporta el 10 por ciento del volumen de producción pesquera y el 16 por ciento de su valor económico a nivel estatal, asimismo, los marineros de la zona representan el 11.4 por ciento de la Entidad.
“Estos datos manifiestan la importancia de la captura ribereña en Yucatán. La pesca es la principal opción laboral en la reserva, pues el 58 por ciento de la población económicamente activa está compuesta por hombres de mar”, enfatizó.
A su vez, el biólogo ambiental Julián Rojas apuntó que se están desarrollando estudios para conocer la estructura de la ictiofauna y evaluar el desempeño de la reserva como espacio para su reproducción y óptimo desarrollo.
Reveló que se cuenta con un registro de 71 géneros de peces, de los cuales cuatro son elasmobranquios. Dentro de los dominantes se encuentra el Strongylura, Florydichtys carpio (Cyprinodontidae), Sphoeroides testudineus (Tetraodontidae) y Eucinostomus argenteus.
El experto explicó que la amplia distribución en la ría de estas especies se debe a su capacidad eurihalina que les permite habitar en zonas con grandes concentraciones salinas, como El Cuyo (130 ppm), al igual que en aguas con salinidades similares a la del mar. Por lo anterior, en el estero hay bagres (Arius melanopus), postás (Archosargus rhomboidalis), mojarras prietas (Cichlasoma urophtalmus), armados (Orthopristis crysoptera), lisas (Mugil sp) y robalos (Centropomus ronchus). Por otra parte, los tipos de escamas que se encuentran en los cenotes de la reserva incluyen especies endémicas como la dama blanca ciega Typhliasina pearsei y la anguila ciega yucateca (Ophisternon infernale), sin embargo, es necesario profundizar en la identificación de ejemplares dulceacuícolos.
Peces con valor comercial
Entre los animales marinos importantes en el Litoral Oriente se halla el mero (Ephinephelus morio), huachinango (Lutjanus sp), tiburón (Carcharinus spp), mojarra (Gerres sp), chac-chí (Haemulon plumieri), carito (Scomberomorus cavalla), jurel (Caranx sp), robalo (Centropomus undecimalis) y corvina (Cynoscion spp).
Mientras que el pulpo (Octopus maya), langosta (Panulirus argus) y camarón (Penaeus sp) son los invertebrados con más valor comercial.
Asimismo, destaca el cangrejo terrestre (Gecarcinus lateralis), caracoles del género Donax y la cacerolita de mar (Limulus polyphemus), que es una especie en peligro de extinción con distribución limitada a las playas de México.
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NM