Kekén engañó a Conagua para poder operar una granja porcícola en Sitilpech, Yucatán

El Juzgado Primero de Distrito determinó que la granja Kancabchén II, filial de Kekén, detenga sus actividades, luego de confirmarse el daño ambiental que ocasiona
jueves, 19 de mayo de 2022 · 07:30

El Juez Primero de Distrito otorgó la suspensión definitiva de la granja Kancabchén II, en Sitilpech, filial de Kekén, pero la empresa busca aplicar una estrategia para prolongar el juicio y seguir funcionando para evitar un supuesto daño a los 48 mil cerdos que crían dentro de sus terrenos en Izamal.

De acuerdo con la abogada que representa a la población de Sitilpech, Janet Medina Puig, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) detectó otra mentira de la empresa Productos Pecuarios para Consumo, S. de R.L. de C.V., pues sólo reportó la perforación y utilización de un pozo de extracción, pero en la visita de inspección efectuada recientemente, la entidad federal detectó tres pozos.

Pruebas al agua

Además, Conagua aplicó pruebas de laboratorio al agua que expulsan las plantas de tratamiento que violan los límites permitidos de coliformes fecales, grasas y aceites, violando la NOM-001-SEMARNAT-1996, ahora sustituida por la NOM-001-SEMARNAT-2021 con límites más restrictivos.

Apenas el año pasado, esa granja tenía dos plantas de agua de tratamiento y más recientemente se detectaron cinco, con la ampliación a 12 naves, por lo que pasó de 12 mil cerdos a 48 mil cerdos.

A partir de eso, tal como publicó POR ESTO! en su edición de ayer, Conagua cerró los pozos de extracción de agua y paralizó las operaciones de la aparcera. Ayer, el Juez Primero de Distrito concedió la suspensión definitiva en contra de la granja aparcera de Kekén para que el Ayuntamiento de Izamal y la Conagua realicen verificaciones en relación con el legal y adecuado funcionamiento de la granja.

Una provisional

Cabe recordar que el pasado 28 de abril, un Tribunal Colegiado ordenó al Juez Primero conceder la suspensión provisional en el caso de Sitilpech, pues la población reclamó contaminación, descarga de aguas con heces fecales y mal olor.

Anteayer, pobladores de Sitilpech efectuaron ante el juzgado una manifestación para pedir el cierre definitivo de la granja.

Dentro de la suspensión, según informó la abogada Medina Puig, el Juez aseguró que “en caso de que (la granja) no cuente con las licencias y permisos exigidos por la normatividad aplicable o no cumpla con los requisitos exigidos para su funcionamiento, se ordene continuar con la paralización de sus operaciones”.

Sin embargo, la abogada advirtió que la empresa filial de Kekén está buscando recursos dilatorios para continuar operando la planta en Sitilpech. Tiene 10 días a partir de la suspensión definitiva de ayer para meter un recurso de revisión ante un Tribunal Colegiado, además ya presentaron la solicitud para que les den un plazo razonable para obtener agua para la limpieza de los cerdos.

La abogada añadió que no cabe la menor duda de que la empresa esté buscando tiempo para sacar a los cerdos de ahí, pues les prohibieron usar los tres pozos de extracción o de plano que usen el agua de la zona que les hagan llegar por medio de pipas.

POR ESTO! acudió a Sitilpech y constató que la granja entró en parálisis. Felipe, uno de los guardias privados de la empresa, dijo que ni las moscas se han parado en ese lugar. Efectivamente, no se vio actividad alguna, incluso se les preguntó a los leñadores que pasaban por el rumbo y confirmaron que no han visto movimiento.

Saraí Manzo

El agricultor Gilberto Montero Canché, quien en ese momento se estaba retirando de su parcela y pasó frente a la granja, explicó que lo mejor sería cerrar definitivamente esa empresa porque la contaminación está llegando al pueblo, los malos olores afectan en la noche y en la madrugada cuando cae el rocío y hay más humedad.

También dijo que sus sembradíos de maíz, calabaza y frijol están resintiendo la contaminación al agua que genera la planta de Kekén en esa comunidad, incluso que está mermando la capacidad de producción de sus cajas de abejas.

Consideró como buenas noticias la suspensión temporal de las actividades de la granja por el bien de la población.

Antecedentes

El 6 de julio del 2021 el caso Sitilpech saltó al ámbito público cuando el colectivo Indignación, a través de su parte legal Kanan, promovió un recurso de amparo por la contaminación que generaba la granja Kancabchén II.

Los habitantes promovieron una demanda de amparo por violaciones a sus derechos ambientales y autodeterminación del pueblo ante el juzgado federal. El movimiento inició con 130 personas que se organizaron y buscaron a la agrupación.

En octubre del 2021, la población de Sitilpech empezó a manifestar los efectos de la contaminación de la granja, aparcera de Kekén, tal como denunció el agricultor Virgilio Chi. El campesino percibió algo raro en los pozos de su parcela y empezó a sentir temor de consumir el agua natural de este sistema antiguo maya.

El 19 de febrero de este año, los habitantes de Sitilpech cerraron simbólicamente la granja de cerdos, filial de Kekén, con una forma de manifestación por el alto nivel de contaminación que empezaron a percibir. Entonces anunciaron que llegarían hasta las últimas consecuencias para frenar el impacto negativo de esa granja que no consultó a la comunidad maya.

Poco más de dos mil habitantes comenzaron una pelea bíblica como si fuera “David contra Goliat”. Pidieron la atracción del caso de la Suprema Corte, pero no llegaron a ese nivel, porque el asunto quedó en el Juzgado Primero.

En esa granja se crían 48 mil cerdos, por acuerdo legal con Kekén, fungiendo como aparcera, una manera de deslindarse de alguna responsabilidad y evitar el desprestigio de la marca.

Saría Manzo

El 20 de febrero, POR ESTO! detectó una intrincada red de tuberías en un terreno aledaño. Se observó que las aguas infectadas las envían a una gruta que antes fue cenote. La población temía por este asunto que podría ser algo más grave de lo que pensaban.

El terreno que detectó este medio de comunicación es de aproximadamente 300 hectáreas. Se hizo el recorrido por la zona y se observaron tuberías de plástico y aspersores potentes para dispersas el agua contaminada a los cultivos de los alrededores.

La gente se organizó bajo el colectivo informal “La Esperanza de Sitilpech” y advirtió que se podría tener efectos graves en el agua como el “síndrome del bebé azul”, según estudios científicos por la filtración en aguas que la gente consume.

El caso Sitilpech caminó por un sendero allanado por el caso Homún que lo precedía. Hoy está ante la posibilidad de cerrar un caso sin alcanzar un tiempo más prolongado como el que lleva Homún.

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JG