'No pierdo la esperanza': Madre de Luis Ángel, joven desaparecido en Hanukú, Yucatán hace 4 años

El joven actualmente tendría 29 años, quien habló por última vez con su madre sobre sus planes de comprar un terreno, pero desde eso, no se ha tenido contacto con el
jueves, 31 de marzo de 2022 · 10:56

Padres de un joven que desapareció en el 2018 recorrieron más de 1,500 kilómetros desde el Estado de México hasta la comisaría de Hunukú, en Temozón, Yucatán, para iniciar ellos mismos las investigaciones para hallar a Luis Ángel Sánchez Jesús.

De acuerdo con la ficha de la Unidad Especializada en la Búsqueda de Personas Desaparecidas y No Localizadas, de la Fiscalía General del Estado de Yucatán, Luis Ángel fue visto por última vez en esta comisaría en septiembre de hace casi cuatro años, a donde había ido a vivir con autorización de sus padres, Rufina Jesús Marcelina y Luis Sánchez Romero, ambos de 50 años de edad.

Reporte

La desaparición fue notificada desde ese año, pero fue hasta la semana pasada cuando Rufina y Luis insistieron ante la Fiscalía para que continúe con las investigaciones de la desaparición misteriosa del joven, en ese entonces de 25 años de edad.

Y de nuevo, ayer llegaron a Hunukú viajando en un antiguo Volkswagen, 1,579 kilómetros desde el Estado de México hasta Temozón, con la esperanza de encontrar información que los lleve hasta el lugar donde el muchacho podría estar.

“La fe es lo último que se pierde… nosotros tenemos la esperanza de encontrarlo. Él era muy tranquilo, no se metía con nadie. Era buen muchacho, sólo quería ganarse la vida y ser libre”, dijo la señora Rufina.

En ese afán de búsqueda de la familia, el lunes visitaron la cárcel de San Francisco Kobén, en Campeche, con la esperanza y fe de que algún reo fuera Luis Ángel, pero el resultado fue negativo.

“Nos entra la angustia como padres de saber dónde estará nuestro hijo, si lo encuentran tirado”, añadió.

Hace casi cinco años, atraídos por la cultura maya, la familia de Luis Ángel visitó el cenote X´Canché, ubicado a 9 kilómetros de Hunukú y muy cerca de Ek Balam. Ahí permanecieron todo el día y en la noche hicieron una fogata y fue en ese momento cuando conocieron al velador Juan Dzul Cajún, con quien se identificaron porque profesa la religión Testigos de Jehová, igual que la familia de visitantes.

La amistad que establecieron les permitió permanecer más tiempo en Yucatán y estuvieron pernoctando en la casa de señora Olga María Canché, suegra de Juan Dzul. Fue tanto el cariño que tuvieron por la familia que Luis Ángel pidió que lo dejaran vivir en la comisaría, porque en ese lugar encontraba tranquilidad y lo alejaba de las malas compañías del lugar donde venía.

Luis Ángel nació el 26 de agosto de 1993, en el momento de su desaparición pesaba 65 kilos aproximadamente y como seña particular tiene una cicatriz en el lóbulo de la oreja izquierda y otra por una cirugía en la parte posterior de la tibia de la pierna izquierda, encima del tobillo. Estudió hasta la preparatoria.

El muchacho encontró tranquilidad en esta comisaría del Oriente de Yucatán. Hunukú tiene una población de 2,971 habitantes, según en último censo de población y vivienda, y la mayor parte de la gente se dedica a la actividad agrícola y al comercio. Los jóvenes suelen viajar a Quintana Roo para trabajar en labores de albañilería, plomería y en servicios en hoteles.

Es un pueblo tranquilo. Y precisamente fue lo que halló Luis Ángel en aquel lugar. Con la señora Olga vivió durante casi cinco meses, apenas tenía una muda de ropa y algunas playeras que había adquirido, trabajó cortando leña o apoyando a las personas en ranchos cercanos. Incluso, trabajó en el rancho de un “gringo” de la zona.

Se cambió de casa

Pero en el último mes, entre agosto y septiembre de 2018, se fue a vivir a casa de la señora Ana y estableció mayor amistad con dos jóvenes a quienes en el pueblo se les conoce como “Benito” y el Ovni”. Por eso, quizá, se le vio en algunas ocasiones en estado de ebriedad.

Sin embargo, tenía planes, según reveló su madre, de comprar un terreno y hacer ahí una casa y vivir en Hunukú. La última vez que habló con su madre, además de contarle sus planes, le pidió que le enviaran sus papeles personales para los trámites que pensaba hacer sobre la adquisición del terreno.

Después del material que le enviaron, doña Rufina no volvió a saber más de su hijo. Fue la última vez que tuvo contacto telefónico con él.

El día que desapareció, Luis Ángel fue a visitar a Ana, una señora que trabaja como vendedora en un molino de tortillas y quien es también familiar de Benito, y al joven a quien apodan Ovni, ambos trabajan en Tulum.

A eso de las seis de la tarde, Luis se despidió de Ana: ¡Adiós, voy a ver a unos amigos! No se supo nada más, fue la última vez que vio al muchacho.

Los jóvenes vieron a Ángel dormir bajo un árbol.

Pero nadie se dio cuenta de su desaparición hasta varios días después cuando empezaron a preguntar sobre el joven que se quedaba a dormir a veces bajo los árboles.

Los muchachos que trabajan en un taller de reparación de motocicletas comentaron que en dos ocasiones vieron a Luis Ángel quedarse a dormir bajo un árbol de almendro y varias veces platicaron con él. La última vez que lo hicieron, él comento sobre ir a trabajar a Tulum.

Con esa información la señora Rufina y su esposo Luis tienen planes de viajar a ese lugar de Quintana Roo para seguir con la búsqueda, porque en el pueblo “Benito” y “el Ovni” trabajan en Tulum y probablemente sepan algo de Luis Ángel, cuyo nombre ahora está en la lista de búsqueda de desaparecidos de la Fiscalía General del Estado.

Mientras preparan la partida, fueron invitados a comer a casa de doña Olga, para consolarse mutuamente, porque hace poco la señora enviudó.

“No pierdo las esperanzas de que Luis Ángel aparezca”, dijo ella. Pidió que la llamen al número celular 55-77-95-73 en caso que alguien tenga informes sobre su hijo, quien ahora tendría 29 años de edad.

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CC