Los 'pasadizos secretos' del convento de Monjas en Mérida

La iglesia de Monjas como la Catedral y la de Mejorada, forman parte de las leyendas de supuestos túneles que en algún momento los conectaron
lunes, 26 de julio de 2021 · 17:00

Por muchos años se hablo de los ‘pasadizos secretos’ de la llamada Iglesia de Monjas y hasta la fecha las nuevas generación aún lo mencionan, se dice que había un complejo sistema de comunicación subterránea conformado por cuevas y túneles que se supone unían edificios estratégicos de Mérida.

Los subterráneos fueron construidos para que las monjas enclaustradas no tuviesen contacto con el mundo exterior y también se decía que uno de los pasadizos iba de la Iglesia de Monjas a la Catedral de San Idelfonso y también conectaba al convento de San Francisco el Grande.

De acuerdo con Notimex en una nota de 2014, el arqueólogo e investigador del Centro INAH-Yucatán, Alfredo Barrera Rubio, indicó que lo que realmente se ha comprobado en torno a la historia de los pasadizos es que se trata de una ‘tradición popular’ que ha logrado sobrevivir desde hace varios siglos.

La hipótesis más sobria indica que estos espacios sirvieron de depósitos de alimentos, licores y variadas pertenencias de sus antiguos habitantes, que es la que se plasma en el libro ‘El Convento de Monjas’, del arqueólogo Sergio Grosjean Abimerhi.

El inicio

La construcción de la iglesia conocida como “Las Monjas” surgió a raíz de la edificación del convento de las Monjas Concepcionistas; la información sobre este templo católico, al igual que la Catedral, fue incluida en las referencias y crónicas de los españoles que conquistaron y evangelizaron Yucatán.

Cuando Antonio de Vozmediano llegó a gobernar a Yucatán, solicitó la fundación de un convento religioso, dado que sería agradable a los ojos de Dios tener un coro de vírgenes dedicadas al servicio de su majestad.

La idea agradó a los ciudadanos, quienes decidieron colaborar como podían, aportando incluso con sus bienes para comprar los sitios en los que se edificaría el templo, que con el apoyo de cinco religiosas fundadoras comenzó a funcionar en 1596 como convento; algunos historiadores refieren que el templo llegaba hasta la 68 y otros hasta la 70.

Las fundadoras llegaron de México, fueron cinco, la madre María Bautista fue la abadesa; María del Espíritu Santo, la portera y tornera mayor; Ana de San Pablo, maestra de novicias, y María de Santo Domingo, la vicaría del convento, y Francisca de la Natividad fue la vicaria del coro y organista.

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De 1863 a 1868 la zona que ocupaba la iglesia y el convento sufre los cambios más radicales, pues fue desmantelada por el gobierno. De 1915 a 1916 durante el mandato de Salvador Alvarado, el templo y sus dependencias fue retirado al culto y se destruyeron los retablos.

Orfanatorio y asilo

Este convento también fue orfanatorio y asilo donde se educaba a las niñas pobres o ricas acerca de alta moralidad, piedad y espíritu de trabajo; se conservó por ser el único de su clase en Mérida.

 

GH