Estudiantes de Tizimín buscan impulsar consumo de la carne de borrego
Durante la pandemia se han abierto cerca de 50 puestos de venta de carnero asado
La Asociación Ganadera Local Especializada en Ovinos (AGLEOTY), de Tizimín firmó un convenio de colaboración con el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (CBTA) Número 14 buscando la colaboración entre la experiencia de los productores, sus unidades de producción, los animales a disposición de los estudiantes para que practiquen lo aprendido en las aulas en contexto real, pero sobre todo, para aprovechar que la escuela cuenta con las instalaciones y la maquinaria necesaria para procesar la carne de borrego y ofrecérsela en otras presentaciones al cliente, con la posibilidad de que en un futuro cercano produzcan carnero enjamonado, salami e incluso longaniza de carnero.
La firma se desarrolló en las instalaciones del plantel y estuvo a cargo de Gustavo Quintal Tapia, presidente de la AGLEOTY de Tizimín, de los productores Miguel Ángel Aguayo Arceo, productor de borregos peligüey, catadín y black belly, de Pedro Poot Euán, productor de ganado ovino comercial y de la Directora del CBTA No. 14, Ligia Sauri Ávila quien expuso que por medio del convenio los estudiantes de la carrera de Explotación Ganadera podrán prepararse de manera más sólida hacia el futuro adquiriendo conocimientos y habilidades aplicadas al contexto real.
El convenio se realizó con miras a mejorar la calidad de los productos cárnicos derivados del borrego para darles un mayor valor agregado desde el manejo, la maquila y el prestigio que les otorgará el nombre de la escuela y sobre todo, en busca de trascender hacia nuevos mercados más exigentes con otras presentaciones de los productos cárnicos, pero que también les generen utilidades significativas a los productores que conforman su gremio y que son más de 50 en el municipio.
Puntualizaron que los estudiantes serán los más beneficiados al ejercer sus practicas en contexto real desparasitando, vacunando, manejando a los animales y creando en ellos la visión de que también a futuro puedan convertirse en productores de borregos o en su caso con lo que saben prestar sus conocimientos y servicios para convertirlos en un oficio de apoyo al productor.
Miguel Ángel Aguayo Arceo y Pedro Poot Euán recordaron que la pandemia vino a beneficiarlos, ya que más gente demanda el carnero para su consumo, tanto en su hogar como en las reuniones familiares, como en los más de 50 puestos de venta de carnero asado que se abrieron durante esta contingencia.
Indicando que ahora se encuentran en el proceso de repoblar su hato de pie de cría ya que a la mayoría se les han agotado sus borregos, aunque señalaron que lo primero es contar con la infraestructura, alimento y luego conseguir los animales.
Gustavo Quintal Tapia, presidente de la AGLEOTY de Tizimín recordó que los productores al inicio de la pandemia se encontraban preocupados por temor a que no se dieran las ventas, sin imaginarse que el confinamiento permitiría que crecieran más, “pensaron que iban a tener una baja en su comercialización, pero ésta se mantuvo y antes de diciembre del año pasado repuntó, aunado a que en el mes de enero, por la suspensión de la Feria de Reyes, la gente no podía acudir como estaba acostumbrada cada año a los puestos de siempre y por ello compraban su carnero, lo preparaban en casa y lo consumían a su gusto”, agregó.
Reveló que en la cabecera los fines de semana se consumen de 60 a 70 carneros y en todo el municipio alrededor de 100 a 150 y que las ventas aumentan a la quincena, porque han abierto más puntos de venta y ahora existen más de 50 puestos en los diferentes sectores de la ciudad. Expuso que se comercializan carneros de la especie black belly, pelibuey y dorper, y que su precio por kilogramo en pie es de 48 a 50 pesos.
Recordó que en marzo del 2020 se cerraron los negocios no esenciales y sólo los esenciales se mantuvieron, por lo que los productores buscaron alternativas con las ventas en línea y de una dificultad nació una oportunidad, acercando los productos a la gente, procesaron, mataron y las ventas se dieron.
Señaló que el consumo no bajó, sino que aumentó, ya que la gente vendía carne empaquetada, en presentaciones como kibis, marinada o natural, mencionando que muchas personas perdieron su trabajo y buscaban quién le pudiera ofrecer carne de borrego, pues tenían que buscar algo que les pudiera dar para comer a buen precio y que al vender tuvieran un ingreso nuevamente.
De ahí expuso que las personas empezaron a vender en sus casas los fines de semana entre su familia, vecinos y esto dio la oportunidad de retomar la venta difundiendo el consumo, prueba de ello es que los animales se les agotaron y ahora están buscando destetes, semiterminados o finalizados para vender y matar.
Ante este panorama alentador dijo que con este convenio buscan la alternativa de ofrecer el producto a sus clientes en nuevas presentaciones, lo cual augura que será algo innovador para poner al municipio en los ojos del mundo.
Tras la firma recorrieron las instalaciones de la escuela para visualizar su infraestructura, constatando que cuentan con lo necesario, pero que también requieren gestionar algunos apoyos para reparar algunas maquinarias y equipo que se requiere para la producción.
Los alumnos Juan Carlos Castillo, Noé Tamayo Kumul, Ángel Poot Canché e Irma Tuz Chan que forman parte del programa Jóvenes Construyendo el Futuro y que se encargan de la alimentación, curación y todo lo relacionado con la ovinocultura. En el plantel realizaron un ejercicio para valorar el tipo de coloración de las pupilas de los carneros, explicando que esto permite identificar la intensidad de la anemia que puedan padecer y así desarrollar un manejo más adecuado que se le puede proporcionar al animal para reducir costos y saber a cuáles desparasitar y cuáles vitaminar. Se les exhortó a que no se dejen de capacitar, ya que realmente pueden ser los productores o el apoyo para que se impulse la actividad ovina en el municipio.
