De discos de vinil a relojes de pared, un nuevo negocio en Yucatán

Gracias a sus atractivos diseños, fabricados a base de discos de vinil, la relojería EDA ha logrado trascender de un nivel local a nacional
viernes, 19 de marzo de 2021 · 14:41

La pandemia los obligó a renovarse, ahora son los relojeros más buscados en la localidad y Mérida, ya que han hecho de los discos de vinil (aquellos nostálgicos LP) un negocio sin igual, tras convertirlos en relojes de pared.

Rosario Díaz Cervera y su esposo Óscar Filidor Pérez son relojeros de siempre, pero a raíz de la pandemia se vieron en la necesidad de hacer algo diferente y lo consiguieron, tras observar que la relojería tradicional quedó estancada y se iba a pique.

“Todo cambió cuando nos pidieron hacer un reloj de pared para una chica que cumpliría XV años, nos dimos a la tarea con la ayuda de uno de nuestros hijos a hacer algo diferente, de tal manera que fue todo un éxito”, detalló Díaz Cervera.

Indicó que con la pandemia por el COVID-19 en su apogeo se vendieron 3 o 4 más personalizados.

Añadió que las redes sociales fueron sus grandes aliados, “para nosotros apenas hubo luz verde para reabrir los negocios y comenzaron a llegar los pedidos”.

La entrevistada, quien es socia fundadora de la Asociación Femenil del Empresariado Yucateco (AFEY), añadió que su negocio comenzó a levantarse con los pedidos que comenzaron a llegar de Mérida, Kanasín y Campeche.

Hoy en día sus productos han traspasado las fronteras yucatecas, pues se compran, gracias las redes sociales, en Chiapas, la Ciudad de México, Quintana Roo y el Estado de México.

La empresa llamada “EDA”, que son las siglas del nombre del fundador de la relojería, Ermilo Díaz Aguilar (q.e.p.d.), abrió sus puertas en 1955 en la Ciudad de México y en 1992 llegaron a Mérida, donde años más tarde instalaron una sucursal en Kanasín, en la calle 19 por 12-F.

De un año a la fecha se han vendido alrededor de 400 relojes de pared y ahora queremos que esos diseños pasen a formar parte de los relojes de pulso.

Añadió que uno de los relojes más difíciles de elaborar fue uno que pidió una canadiense radicada en Mérida, pues solicitó un reloj para su hijo con números romanos, arábigos y que además tenga los grados de una superficie.

SY