'Gaviotas', Mujeres que trabajan en el Puerto Progreso para sobrevivir: FOTOS

Mujeres que desempeñan el trabajo de 'Gaviotas' narraron a Por Esto! sus vivencias en una actividad que tiene más de 30 años de existencia en el Puerto de Progreso
lunes, 27 de diciembre de 2021 · 09:55

Las trabajadoras comúnmente llamadas 'Gaviotas', quienes ante la falta de oportunidades pasan el día pidiendo producto y pago por la limpieza en las embarcaciones del Puerto de Progreso, por primera vez, accedieron a contar a POR ESTO!, sus vivencias dentro de esta actividad que comenzó a gestarse hace cerca de tres décadas.

Antecedentes de los hombres de mar, y de la opinión de una autoridad pesquera, argumentan que las primeras trabajadoras de este tipo aparecieron a causa de la escasez de trabajo y el descenso en la economía porteña, tras el paso del Huracán Gilberto, depresión tropical considerada una de las más mortíferas y devastadoras del siglo pasado, según Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Las Gaviotas son un sector que, igual a muchos otros en el estado, sufre discriminación social, pero ante los embates de la vida continúan trabajando para sostener a los suyos. La falta de oportunidades, la crisis económica de los últimos años del siglo XX y tras el arribo del Huracán Gilberto serían los componentes para la génesis de esta actividad que hasta la fecha persiste y brinda de sustento a mujeres de escasos recursos desde los 16 hasta los 70 años.

El adjetivo 'Gaviota', nace como una forma simbólica de designar la llegada de las mujeres en conjunto hacia los embarcaderos en busca del producto sobrante o de trabajo; siendo que las aves también hacen lo mismo en los navíos llegando en grupos como una forma de resistencia y defensa personal. 

Ellas cargando cubetas para depositar los ejemplares que les dan, visten gorras y mochilas; transitan bajo el sol porteño frente a los navíos recalados en grupos de tres a cinco integrantes, sea en familia o con niños en brazos.

Ana María Pech Chacón, presidente de la Unión de Armadores Pesqueros de Yucatán, quien también participó con barcos de su propiedad dándole oportunidad a varias Gaviotas, compartió: “hablamos de que se trata de mujeres que se mueven de esta manera, exponiéndose a algunos peligros por necesidad económica. Esto empezó hace unos 30 años más o menos. En un principio se acercaban las señoras a los barcos, porque tenían amistad con los patrones o pescadores y se metían a las descargas a pedir producto que les daban sus conocidos. Viendo los resultados empezaron a ir más, pero actualmente, hay algunas que van para pedir trabajo, ya sea lavando la estufa, la cocina o las tapas de neveras”.

Asimismo, en la temporada de pulpo de este 2021 se observó una cantidad considerable de 'Gaviotas', quienes tuvieron un ingreso, no sólo pidiendo producto, sino con trabajos informales que consistían en la limpieza de los navíos, siendo que no tenían horario fijo y debían pasar de punta en punta en los embarcadores para recibir un trabajo; la actividad, está por más decir, era peligrosa, ya que se exponen a múltiples riesgos desde agresiones por otras personas o accidentes en el área.

De la misma manera, la inestabilidad es constante, debido a que las 'Gaviotas' dependen de la buena pesca, y si en este caso hay bajas ellas sufren por doble.

Esta actividad, la cual es un soporte para las personas con mayor rezago y pobreza en el puerto, podría desaparecer en Progreso a causa del reordenamiento que el comité de seguridad en Yucalpetén planea hacer en el municipio.

Bebés en brazos: Protección ante la violencia 

Los infantes, en esta actividad, son una especie de “protección” ante cualquier pescador que pretendiese sobrepasarse, ya que los menores para la comunidad son lo más valioso, por lo que, al cometer una falta, los pobladores mismos tomarían justicia.

“Entre los pescadores existe cierto respeto con nosotras, pero cuando viene el alcohol que nos manda a comprar desconocen hasta sus mejores amigos ¿qué no nos podrán hacer a las 'Gaviotas'? Vengo desde las siete de la mañana con mi bebé, porque también hay regla entre todo el gremio que no se puede agredir a ningún niño, en caso de hacerlo vendría una paliza por toda la tripulación de quien lo haga”, argumentó M.R.U.B de solo 16 años de edad.

Otro caso que llama la atención es el de María Gonzáles Santos, quien desde Chicxulub acude con sus dos hijas y nieta bajo el brazo para buscar el sustento que amerita para poder sobrevivir al día.

“No hay de otra, tenemos que venir o no hay de donde jalar. Normalmente, mis hijas se encargan de hacer tareas domésticas y yo recolecto pescado con mi nieta de dos años. Gracias a Dios, esta temporada de pulpo nos fue muy bien, si les va bien a ellos nos va bien a nosotras, por limpiar el interior de los barcos te dan de 200 hasta 500 pesos”, especificó.

Espera un amor de hace 23 años

Caso sorpresivo también recordó María Dzul, chaparrita, de 71 años de edad, quien contó que, tras una relación extramarital con un patrón de barco de origen veracruzano, durante la década de la mitad de los años 90, se convirtió en 'Gaviota', esto con tal de seguir frecuentando al hombre. 

Sin embargo, la historia tomaría un giro, pues en 1998, él dejaría de recalar a Progreso con el “Corso IV”, obligando a María Dzul acudir al puerto de abrigo en espera de su retorno, el cual no ha regresado desde que zarpó por la tarde en el mar desde hace 23 años.

“Aunque me digan loca, quiero ver de nuevo a quien consideré el hombre de mi vida, nunca más me volví a emparejar con nadie”, sostuvo Dzul mientras sonreía y se negaba el delatar la identidad del marino. “Con esa situación me volví parte del grupo, me respetan porque fui de las primeras con la negra y la muda, vengo porque descubrí que así podía seguir subsistiendo, con mi edad nadie me da trabajo”, aludió.

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CG