Historiador recuerda a hombres mayas con peculiar altar en Tizimín
Xmabén y Sucopo fueron masacrados el 11 de diciembre de 1853 en la cabecera municipal, hombres mayas que fueron recordados por el historiador Luis Pérez
Ante la cercanía de la celebración de los Fieles Difuntos, el historiador de la ciudad de Tizimín Luis Pérez Salazar elaboró un altar de muertos en el Museo de la Ciudad en memoria de los hombres mayas de Xmabén y Sucopo masacrados el 11 de diciembre de 1853 en la cabecera.
Explicó que la fecha servirá para recordarlos y para rememorar el hecho trágico en el que fueron traicionados.
Relató que el acontecimiento derivó que fusilaran a Sebastián Molas Virgilio “el León de Oriente” y por ello su primo Narciso Virgilio, para cobrar venganza, se fue a buscar gente en dicho poblado ubicado entre Tixcancal y Valladolid, así como en Sucopo para levantarse en armas contra el gobierno que ordenó esa ejecución.
Arribó a Tizimín con 300 a 400 personas, pero para su infortuna éstos se embriagaron y comenzaron a causar alborotos y saquear tiendas; al salirse todo de control los enteró que iban a buscar más armas al poblado de Calotmul, pero todo fue un engaño, pues les indicó que iban a pasar lista y a las 15:00 horas los escoró sobre la calle 51 y 52 en forma de “L”, hoy es el parque principal, frente a ellos se encontraban sus soldados y tras emitir su orden estos abrieron fuego y comenzó la masacre. Se dice que los cuerpos de estos hombres fueron depositados en lo que ahora es el ala Oriente del Palacio Municipal; señaló que es importante mencionar que esta narrativa se plasma en los ensayos del escritor e historiador Felipe Pérez Alcalá.
Externó que en el altar se presenta una cruz verde y la imagen de la Inmaculada Concepción del siglo XIX, un Cristo Negro de 1800, una botella de ron de 1818 y de 1940, botellas de conocidas refresqueras y cerveceras muy antiguas, una tinaja de 1913, un calabazo de 1945, un molino de 1950, un metate y un molcajete del Periodo Clásico Tardío, banquillos de madera de kiss ché, un caldero de 1900, una tetera y un batidor de 1940, entre otros objetos considerados reliquias y joyas del pasado con alto valor histórico y cultural.
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