Artesanos defienden los bordados tradicionales en Kimbilá, Yucatán

Señalan que muchos clientes aún aprecian las prendas bordadas a mano, ya que la máquina no lo pueden imitar
miércoles, 13 de octubre de 2021 · 10:26

Las máquinas computarizadas de bordado no podrán sustituir a las manejadas por los trabajos tradicionales, porque a las primeras les falta el amor y la pasión que cada uno pone en la prenda que se realizan manualmente, señaló Enrique May May, quien lleva 48 años al frente del taller de bordados Kike, ubicado en la comisaría de Kimbilá y quien utiliza tanto diseño por computadora, como máquinas industriales, así como compra prendas bordadas a mano a artesanos.

Indicó que a pesar de que las prendas bordadas a través de la computadora pueden tener unos diseños diferentes o poco convencionales y realizar el bordado en serie, muchos clientes aún aprecian el colorido y el trabajo que lleva hacer un trabajo de bordado en forma tradicional ya sea en máquina industrial o en el conocido como punto de cruz.

 

Kike May indicó que a lo largo del tiempo ha habido muchos cambios por las máquinas que han venido a facilitar el trabajo de los obreros de los talleres, pero ahora con la máquina que está realizando imitación del punto de cruz muchos han pensado que podría acabar con el trabajo tradicional, pero indicó que esto es poco probable pues enseguida se aprecia el trabajo hecho manualmente porque tiene más brillo, colorido y el aprecio que se pone en cada prenda se ve reflejado.

Comentó que al menos en su taller se realizan tanto piezas a base de computadoras como en máquina industrial, pero lo que no se debe permitir perder es el trabajo artesanal que se realiza en Yucatán.

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Indicó que lleva más de 28 años diseñando vestidos de noche, quince años y tratando de innovar en el diseño, pero nunca sustituyendo el bello trabajo que nos han dejado nuestros antepasados, si no adaptándolos a los nuevos tiempos, por lo cual los bordados que antes se veían solamente en los hipiles de mestizas, ahora se pueden encontrar en blusas, pantalones y piezas que pueden utilizar personas de cualquier generación. 

Dijo orgulloso que en su taller laboran cerca de 30 personas, que han elaborado guayaberas incluso para vestir a 54 presidentes en una cumbre internacional realizada en el periodo de gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto, así como alcaldes municipales, gobernadores y diputados y gente que aprecia el trabajo que se hace a mano y los nuevos diseños.

Indicó que por ahora en las guayaberas es donde más se está poniendo el bordado por medio de computadoras, porque pueden realizar figuras o diseños pequeños que en la máquina industrial sería muy complicado hacer.

Además, indicó que otro problema que le ve a esta nueva tecnología es que no en cualquier taller podrían contar con una máquina bordadora por computadora porque igual la inversión es muy cara, llegando a costar una máquina cerca de los 650 mil pesos, en tanto que una máquina industrial está alrededor de los 15 mil pesos.

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En cuanto a la reducción del tiempo señaló que la confección de una guayabera artesanal dura cerca de seis horas, siendo que en el bordado, por medio de la máquina, en cuatro minutos ya está listo, siendo que lo único que se tiene que vigilar es que no se reviente o gaste el hilo, lo cual incluso se señala por medio del prendido de una luz roja.

Por su parte, Leonardo Pat May, dueño de otro de los talleres ubicados frente al parque principal de la comisaría señaló que el bordado tradicional, ya sea a máquina industrial o a mano, siempre es muy valorado por las personas que aún acuden a comprar a sus establecimientos, indicando que incluso a pesar de que las piezas por computadora suelen ser más económicas el bordado artesanal es pieza única.

Puso como ejemplo que una guayabera con bordado en computadora sus precios oscilan entre los 500 y 750 pesos, en tanto que los artesanales están entre mil y mil 500 y si es en punto de cruz estas suben incluso a los 3 mil pesos o más, dependiendo del modelo.

 

Dijo que como buenos comerciantes deben de advertir a los clientes el tipo de trabajo que están ofertando, pues muchos por vender le indican a la gente que se está comprando un trabajo artesanal o tradicional, cuando no lo es si es bordado por computadora.

Ambos entrevistados señalaron que se las han visto muy difícil para mantener su planta laboral durante esta pandemia, indicando que a pesar de que ya está llegando un poco más de gente a comprar, sobre todo los fines de semana, aún no alcanzan el nivel en el que estaban antes de la pandemia.

Comentaron que en un principio se empezaron a apoyar con la venta de cubrebocas bordados, incluso para solventar la nómina, pero debido a que estos fueron solamente artículos de novedad, ya no se están vendiendo tan bien como al principio.

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