Yucateca que recibió la presea Miguel Hidalgo proviene de una familia de enfermeras reconocidas

Esteffany del Carmen Tec Tabasco, enfermera yucateca reconocida con la Condecoración Miguel Hidalgo 2020, proviene de una familia dedicada al cuidado a la salud.
viernes, 18 de septiembre de 2020 · 07:16

Su bisabuela, su abuela y su madre le heredaron el amor por el cuidado al prójimo y a tres años de haber comenzado el servicio, la enfermera Esteffany del Carmen Tec Tabasco recibió una condecoración por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El pasado 16 de septiembre, la yucateca fue reconocida a nivel nacional y además recibió un premio de 100 mil pesos.

La distinción en Grado de Collar es la más alta que otorga México a sus ciudadanos.

La enfermera de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY) contó que proviene de una familia de enfermeras muy reconocida.

Su bisabuela Carmen del Socorro Méndez Ceballos estuvo 53 años prestando servicios como enfermera en el Hospital Materno Infantil. Su abuela Luisa Beatriz Martínez Méndez trabajó 35 años en el Centro de Salud de Mérida, donde recibió varios reconocimientos por su destacada labor y se jubiló el pasado 1 de enero (doña Luisa Beatriz tiene cuatro hijos y cinco nietos que también son enfermeros).

Y su madre, Flor Teresa Tabasco Martínez, es enfermera auxiliar del Hospital O’Horán con 25 años de servicio, quien este 2020 recibirá una medalla de reconocimiento.

La joven de 26 años viajó a la Ciudad de México para recibir la condecoración en Palacio Nacional.

De vuelta a Yucatán confesó que su labor ha sido muy cansada desde mayo hasta la fecha y todavía no saben cuánto tiempo más seguirá la pandemia.

“La verdad es que hubo un alto número de pacientes que se atendió, pacientes que se dieron de alta, y pacientes que fueron sanados de la enfermedad”, dijo.

Ella se inscribió en la convocatoria de la presea sin pensar que iba a ganarla, pero los pacientes y sus colegas y compañeros decidieron darle su voto de confianza debido a que la conocen y saben que tiene mucha empatía, y es una persona que llega a su área de trabajo siempre dispuesta a cumplir con amor a pesar de que el cansancio y el desgaste físico y emocional que se vive en el área COVID-19 es algo muy fuerte.

“Lo que hizo que yo gane fue mi empatía, mi seguridad, al igual mi humildad, la nobleza con que trato a todos los pacientes, pues sé que cruzan por esta parte de su vida con preocupación, y que están solos, sin su familia, ya que es una pandemia que nos vino a cambiar la vida a todas las familias yucatecas”.

La joven relata que decidió estudiar enfermería porque a los 7 años tuvo un accidente muy fuerte y estuvo mucho tiempo internada. Tiene tres cirugías reconstructivas que la marcaron totalmente, y considera que estar viva es una segunda oportunidad que tuvo.

Por eso decidió estudiar, porque vio el amor que le entregaron los enfermeros.

Esteffany siente que se lleva este reconocimiento por el amor que le tiene a su profesión y por la humildad con que cumple con sus labores.

También cree que la presea es una aportación para Yucatán y es para todas las enfermeras de la entidad.

En total, 58 trabajadores de la salud de todo el país recibieron este reconocimiento.

Esteffany dijo que se graduó a los 22 años en el Centro Educativo Rodríguez Tamayo Campus Mérida, que es particular. La licenciatura la concluyó gracias a una beca y luego de cuatro años de estudios y un año de servicios que realizó en el Hospital O’Horán pudo comenzar a laborar.

Atiende la contingencia sanitaria

Actualmente Estefanny lleva cinco meses atendiendo a pacientes con COVID-19 en el Hospital General de Valladolid, donde ha sido cuidadosa y no se ha enfermado, dice, por su dedicación hacia los pacientes.

Comenta que el Centro Provisional COVID del Hospital General de Valladolid ha llegado a tener 87 pacientes, y ella normalmente está en el área de triage, que es donde se recepcionan las urgencias respiratorias.

Realmente el tiempo de atención que se les otorga, es prácticamente de 10 horas en el área de COVID, y las enfermeras sólo tienen un receso de hora y media, en el cual tienen que salir a atender sus necesidades alimentarias.

Por Roberto López Méndez