Vendedores se oponen al cierre de un local en el mercado de Hunucmá

Locatarios y vendedores del mercado ubicado en la colonia Álvaro Obregón se opusieron a que una persona cerrara un espacio adjunto al inmueble.
miércoles, 21 de octubre de 2020 · 12:09

Locatarios y vendedores del mercado de la colonia Álvaro Obregón, apoyados por vecinos de ese suburbio, se opusieron ayer al mediodía a que una persona pretendiera cerrar un espacio adjunto al inmueble, alegando que cuenta con permiso del Ayuntamiento local.

Agentes de la Policía Municipal llegaron al sitio, donde se entrevistaron con ambas partes para buscar un acuerdo satisfactorio, que al final dio como resultado la detención temporal de los trabajos.

Manuel C. U., quien se dedica a la venta de mariscos, insistió ante los uniformados, que el Alcalde José Alberto Padrón Romero, le otorgó el permiso para realizar dichos trabajos; sin embargo, el documento que mostró, se trata sólo de una solicitud, más no de una autorización del edil.

El espacio que pretendió cerrar Manuel C. U., ya que depositó material de construcción en el lugar, se ubica en el lado poniente, entre un molino propiedad de Marisela P. T. y el mercado de esta colonia.

Manuel C. U. insistió ante el reportero de POR ESTO!, que fue él quien techó de láminas dicho espacio, donde se ha dedicado a la venta de mariscos, pero que su intención es que el área esté higiénica, de ahí su propósito para cerrarlo.

Ese mismo espacio está considerado como un pasillo para entrar por la puerta lateral del centro de abasto, donde se localiza el área de lavado de frutas y verduras. Ante el descontento de la mayoría de la gente, alguien sugirió que esa obra la hiciera al fondo, por donde se ubican los baños, pero la gente tampoco dio su autorización.

Vendedoras encabezadas por Beatriz C. C. y María C. C. C., entre otras, insistieron en que no permitirán por ningún motivo que se cierre el espacio que pretende ocupar Manuel C. U.

Cuando se calmó la situación, se retiraron del lugar los agentes de la policía que habían llegado en tres unidades.

Por Ramón Reyna Fernández