Yukio Mishima: El escritor más importante de Japón

Hace medio siglo, el gran autor nipón intentaba un golpe de Estado fallido, tras el cual decidió suicidarse bajo un ritual
jueves, 14 de enero de 2021 · 14:47

Ya van 50 años desde que el defensor de la figura imperial y gran escritor de la tetralogía "El mar de la fertilidad", Yukio Mishima se perdió la vida a mano propia, luego de hacerse el harakiri.

Nacido en Shinjuku, el 14 de enero de 1925, cerca de Tokio, bajo el nombre de Kimitake Hiraoka, no llegó a servir en el Ejército de su país durante la Segunda Guerra Mundial, esto solo podría haberlo hecho casi al final de la guerra, pues cuando empezó, Kimitake tenía apenas 15 años.

Siendo está una de las principales razones, inició su camino físico y espiritual en la posguerra, alimentando su culto a la literatura, su cuerpo y su afán de aprender distintas artes marciales, que fueron su principal escudo para defenderse por la hostilidad que recibía por no haber peleado en la guerra, así como un mecanismo de defensa para olvidar a su adolescente indefensa que sufría en silencio, extendiéndose al máximo en todo momento y en cada capítulo de sí mismo. 

Pese a los cambios que radicaban en su entorno con la modernización económica, social y cultural de origen norteamericano, tras haber perdió Japón frente a Estados Unidos, el escritor nunca lo acepto y defendía su pensar del país.

Su vida era vista con contradicciones, amando profundamente al Japón tradicional, pero vivía, se exhibía y dejaba en claro “a los demás” su visión moderna. Actuaba como un escritor occidental para que no supieran de su auténtico pensamiento y sentimiento. De esta forma, se camuflaba, se transformaba sin dejar de ser él mismo.

NÓVELAS 

A través de sus dos primeras novelas, fue en donde Mishima, dejo en claro su naturaleza humana y literaria; la primera "Confesiones de una máscara" (1949) sorprendió a los lectores por su sensibilidad, estilo y sinceridad brutales. 

Esta obra, escrita en primera persona, significó para él un grito de libertad, en la que diseñó cada detalle de su personaje. Reveló allí a un individuo trágico, cuya vida deambulaba entre el ser y el parecer.

Pero eso no quedo ahí, en su segunda novela, esta vez escrita en tercera persona y titulada “Sed de amor” (1950), la muerte y el amor aparecen complementarios. En esa impostura obligada de sus personajes, estos no podían vivir sin recibir heridas profundas, sin sufrir un dolor que -en el caso del escritor japonés- se convirtió en un ente metafísico inalcanzable y, por lo tanto, incurable.

Harikiri de noviembre

El 25 de noviembre de 1970, Yukio Mishima dejó un ejemplo para su país, para sus compatriotas. Asaltando el cuartel militar con sus acompañantes quienes, con espadas samurái en mano, penetraron el resguardado recinto.

El autor más importante del Japón, subía a la terraza del cuartel tokiota de las Fuerzas de Autodefensa y, frente a los soldados y medios de comunicación, profirió un discurso en que exaltaba la figura del Emperador Hirohito y pedía por un regreso a las bases morales del país que el capitalismo estaba destruyendo, a través de un golpe de estado.

Sin embargo, los jóvenes soldados recibieron esto con burlas y rechazo, lo que lo llevó a una decisión que había tomado años atrás, la de cometer harakiri, un suicidio ritual que era la forma más honrosa de morir cuando se había fallado en la misión más importante de la vida.

Mishima se clavó una daga y cortó de manera lateral por debajo de su ombligo, generando una muerte muy dolorosa, ya que sucede por desentrañamiento y no se toca ni un órgano vital. Era la primera vez, desde el fin de la Segunda Guerra, que alguien se suicidaba por seppuku en las islas.

A su muerte, el autor japones dejó lista su última novela: “La corrupción de un ángel”, la última de la tetralogía “El mar de la fertilidad”, la cual completaron las anteriores novelas “Nieve de primavera” (1969), “Caballos desbocados” (1969) y “El templo del alba” (1970).

Con información de Perú 21

SY