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Escrito por Yolanda Aldana
Este sábado 30 de marzo algunos padres de familia decidieron madrugar para llevar a sus pequeños a buscar huevos de Pascua en la playa Fundadores, en la cual también arribaron niños de origen extranjero, qué sorprendidos participaron en diferentes juegos, entre ellos el desenterrar los huevos de la Pascua que fueron enterrados en la arena, en un evento familiar que reunió a poco más de 110 niños.
Por tercer año consecutivo, la Secretaría de Turismo municipal llevó a cabo la búsqueda de huevos de Pascua, en la actividad llamada “Conejitos Soleados”, en la playa Fundadores justo enfrente del Portal Maya, pero lo curioso de esta tradición que es europea, al cuestionar a la gente qué relación hay entre los huevos, conejos con la religión cristiana, ninguno supo responder, incluidos los extranjeros.
El personal que orquestó este evento lúdico comentó que es un buen imán para captar turistas y residentes extranjeros, ya que la cultura de los conejos de Pascua no está ligada a la mexicana.
Mareha Baro proveniente de Oregon, Estados Unidos, relató que en su país natal es parte de la cultura observar que la gente regala huevos de colores, de chocolates y que algunas personas hasta decoran sus casas con estos motivos, pero señaló que pese ser católica, desconoce la relación que existe entre el conejo, los huevos y Jesucristo.
“Supongo que es como Halloween, tiene su origen la historia del conejo. Yo no decoro mí casa, pero hay gente que sí lo hace. Hay muchas costumbres que aquí en México la gente sigue, como la procesión, yo no pude asistir, porque vivo acá en Playa del Carmen desde hace dos años y me dedico a cuidar a mí nieta, Adeline”, dijo.
A la playa arribaron una enorme cantidad de pequeños que iban desde los cuatro hasta los 12 años de edad, todos estaban muy entusiasmados por entrar al área delimitada y escarbar en la arena para encontrar la mayor cantidad de huevos de Pascua posible.
Entre ellos estuvo Tania Ruiz y su hija, Jimena arribaron a la playa Fundadores muy a doc, con el motivo de los “Conejos Soleados”, a donde estuvieron desde las 8:00 de la mañana para disfrutar del día y de un evento gratuito.
“Para estas fechas de Semana Santa que son vacaciones, nos quedamos en la casa descansando y el resto de nuestro quehacer, es ir alguna actividad de la iglesia, mí familia es católica”, señaló Tania Ruiz, quien dedicó tiempo a su pequeña para que se disfrazara de conejo.
Y es que para, aquellos que no conozcan la relación del conejo y los huevos con el cristianismo, es una mezcla con las festividades paganas, ya que el origen del conejo de Pascua se remonta a las fiestas anglosajonas pré-cristianas, cuando el conejo era el símbolo de la fertilidad y estaba asociado a la diosa Easter, a quien se le dedicaba el mes de abril y el honor de las fiestas de la primavera entre los pueblos del norte de Europa.
Con el paso del tiempo, la figura del conejo de Pascua se fue incluyendo y adaptando a la Semana Santa y, a partir del siglo XIX, se empezaron a fabricar los muñecos de chocolate y azúcar en Alemania, así como algunos se teñían de rojo para representar la sangre de Cristo.
Los primeros cristianos consideraron al huevo como un símbolo de la resurrección de Jesús. Actualmente, en algunos países de Europa, como Italia, en el Domingo de Ramos muchas familias llevan huevos a la iglesia para bendecirlos y consumirlos en el Domingo de Resurrección.
Dentro de las muchas explicaciones, de los conejos de Pascua, la más repetitiva, consta en la leyenda de un conejo que terminó atrapado dentro del sepulcro de Jesucristo y cuando llegó el domingo, el conejo al presenciar la resurrección y poder ver que aquel hombre salió de su descanso, él pudo dar testimonio, razón por la cual pensó en poder contar lo vivido a todo ser que pise la tierra, reproduciéndose y pintando huevos de colores, para relatar la promesa cristiana.
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