Muchas familias y hoteles usaron agua de mar para el funcionamiento del inodoro, durante los días de desabasto debido a la ruptura de la línea submarina de Aguakan; sin embargo, muchos clientes de los centros de hospedaje se fueron, lo que provocó una pérdida no cuantificable aún, según los consultados.
“El consorcio debe cubrir los daños económicos que sufrimos”, dijo Gerardo Magaña, exvicepresidente de los pequeños hoteleros; quien estimó que de lunes a martes dejó de percibir alrededor de 30 mil pesos, porque 20 cuartos se desocuparon.
Afirmó que su establecimiento no se vació completamente porque sus clientes son frecuentes y dialogó con ellos por la contingencia, y los hizo entender y lo apoyaron. Él también llegó a usar agua de mar para limpiar los cuartos.
Una representante del Hotel Carmelina señaló que pudo contener a todos sus clientes, porque muchos eran visitantes frecuentes. Del Hotel Isleño se retiraron varios clientes, pero ninguno precisó las cifras de la pérdida.
Funcionarios de la Oficina de Turismo tampoco cuantificaron los daños económicos y evitaron comentar acerca del nivel de detrimento de la imagen del destino.
Los hoteleros responsabilizaron a Aguakan por “no tener la capacidad de atender emergencias”.
Reclamaron que la empresa carezca de un equipo nocturno especializado para reparar el corte de la línea desde el domingo.
Algunos señalaron que cuando la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) era la encargada “tenía capacidad de hacer reparaciones de noche; las 24 horas atendían emergencias por daños de la línea submarina”, dijo José Luis Vázquez, ejecutivo de un centro de hospedaje.
A los empresarios también les pareció inconcebible que se haya cancelado la segunda línea submarina, pues cuando la CAPA operaba siempre había una línea adicional para atender incidentes de ruptura por el tránsito de barcos.
Por ello, respaldaron al Gobierno Municipal en el proceso de reversión de la concesión, para darle seguimiento al resultado de la encuesta ciudadana del 2021
El ciudadano Emilio Sosa, otro afectado por la escasez de agua, acusó de tibieza tanto a la Alcaldesa como a la Gobernadora. “Ya debió intervenir la CAPA desde hace meses, por la incapacidad de Aguakan en dar servicio de agua y drenaje”, acotó.
Por su parte, el consorcio comunicó la noche del martes que concluyeron las reparaciones de la línea y comenzó a bombear agua a baja presión.
Hasta la mañana de ayer miércoles no se había elevado lo suficiente la presión del agua, confirmaron vecinos de varias colonias populares. Anoche todavía se repartió agua en más de una docena de pipas.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
NR