El sector hotelero de Holbox representa el motor principal en la generación de empleo, aportando más del 70 por ciento de los más de mil 500 plazas que sostienen la economía del destino turístico. Sin embargo, en la actualidad, enfrenta una drástica disminución en su actividad, cayendo por debajo del 20%. Ante esta desafiante situación, los hoteleros han tenido que implementar estrategias como otorgar vacaciones forzadas a sus empleados o permitirles tomar días de asueto, según lo que corresponda. Limbert Zapata, hotelero, compartió sus perspectivas al respecto.
Zapata explicó que, basándose en las conversaciones periódicas dentro del sector hotelero, se estima que hay aproximadamente mil 500 trabajadores en la isla, aunque podría haber más debido a la presencia de numerosos negocios informales. Sin embargo, los establecimientos formales están realizando un esfuerzo sobresaliente para conservar a las plazas en medio de esta difícil coyuntura.
El 70 por ciento de los puestos de trabajo proviene del sector hotelero, mientras que el 15 por ciento corresponde a restauranteros y el restante 15 por ciento engloba a diversas empresas. Durante esta temporada baja, la disminución en la afluencia de visitantes nacionales y extranjeros ha llevado a la difícil decisión de otorgar vacaciones forzadas a algunos empleados.
Zapata señaló que algunos hoteles han llegado a acuerdos con sus trabajadores para permitirles disfrutar de sus vacaciones anuales, preferiblemente durante la temporada baja. Esto se hace para garantizar que durante las temporadas altas, como Semana Santa, verano o fin de año, el personal esté disponible para atender a los visitantes.
Por otro lado, algunos hoteles han optado por otorgar vacaciones obligatorias sin sueldo debido a la escasa afluencia de turistas. Esta medida implica que los trabajadores toman un tiempo libre semanal o quincenal, permitiendo que un cierto número de empleados se ausente sin necesidad de despedirlos y volver a contratarlos meses más tarde.
Limbert Zapata destacó que, al menos en el caso de los hoteles establecidos, nunca han abandonado a sus trabajadores, incluso durante la pandemia del COVID-19. A pesar de enviar a los empleados a sus comunidades de origen, sus salarios se continuaron pagando, hasta donde los recursos permitieron. Se les proporcionó apoyo con alimentos básicos, dado que la duración de la crisis era incierta.
Los sectores todavía no se han recuperado por completo, lo que hace que los despidos no sean una opción. En su lugar, se implementan las vacaciones forzadas, una medida que los trabajadores comprenden como necesaria en tiempos difíciles. Se espera que, a medida que la actividad económica se recupere, sus empleos sigan siendo seguros
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HS