A base de engaños fueron vendidos los mayas a Cuba: Profesor de Felipe Carrillo Puerto

La información que se pudo obtener sobre la venta de los mayas como esclavos se hizo de manera indirecta y utilizando mentiras, así lo dijo un docente del Instituto Tecnológico de Felipe Carrillo Puerto
lunes, 23 de enero de 2023 · 14:22

Miguel Góngora Sánchez, docente del Instituto Tecnológico de Felipe Carrillo Puerto, en relación con la firma de un convenio para el tráfico de mayas como esclavos a Cuba por parte de Antonio López de Santa Ana y el Gobierno de ese país, dijo que “no hay una fecha o dato exactos que puedan respaldar este hecho, ya que es muy vaga la información que se tiene, debido a que la correspondencia marítima que había en esos tiempos era muy lenta, por lo que pasaban días, meses y en algunos casos, años, para poder conocerse".

Refirió que “la venta de los mayas como esclavos se hizo de manera indirecta y utilizando mentiras, ya que al parecer se les decía que los estaban llevando a trabajar, pero en realidad ya nunca fueron regresados a su comunidad de origen”.

“En el Archivo de Indias se encuentra el registro del contrato con el que el Gobierno cubano y el Gobierno yucateco hacen un intercambio para poblar Cuba, pero realmente era otro el destino de los hombres que llevaron, quienes fueron esclavizados”, señaló.

Dijo que no hay una fecha exacta en que se dieron estos hechos, solamente se están tomando las fechas que aparecen en dicho contrato, pero pudo haber sido mucho antes, por las condiciones de la comunicación en aquellos tiempos. Además, sólo se han podido recuperar dos de los muchos contratos que pudieron haber existido por este hecho.

Los documentos están disponibles al público, pero solamente se pueden consultar en el Archivo de Indias, con las respectivas restricciones, entre éstas, no pueden ser fotografiados para su comercialización.

Dijo que la intención fue llevar mano de obra a Cuba, lo que podría interpretarse como una forma de esclavitud, ya que los llevaron para quedarse. Las causas fueron muchas, entre ellas, la sublevación del movimiento social maya, puesto que los detenidos fueron llevados a Cuba para trabajar.

“Lo mismo sucedió con los coreanos que llegaron a México mediante engaños, y fue lo que pasó con los mayas, a quienes llevaron a Cuba mediante engaños. Podemos decir que fueron esclavizados, puesto que no les hicieron valer sus derechos, pero en aquellos tiempos estas personas firmaron por voluntad propia, aunque en realidad no sabían leer ni escribir”.

El investigador comentó que “es un tema complejo. Como investigador, no puedo llevar mi presente al pasado, sino tratar de comprender la forma de pensar de las personas en el pasado, que tuvo un presente muy complejo”.

La Universidad Autónoma de Yucatán, refirió, tiene documentos emitidos por las autoridades en los que se informa haber recibido la comunicación siguiente: “que todo prisionero de clase varones, no criaturas ni ancianos impedidos, los mande a la capital a disposición del Gobierno” y pide también sean satisfechos “tantos cinco pesos cuantos presos rebeldes se logre en aprehensión”, fechado en Bolonchén, Ticul, marzo 17 de 1848.

Otro documento indica que “se ha dado la orden a la Tesorería General para que abone las gratificaciones correspondientes por los indios hechos prisioneros por las fuerzas que operan sobre Tihosuco; respondiendo que hasta ahora no ha dejado de cumplirse esta oferta a ningún aprehensor, con fecha 28 de mayo de 1849”.

También hay una circular enviada por Eulogio Rosado al Comandante General, en la que le dice no haber recibido las gratificaciones ofrecidas a los soldados por los prisioneros entregados en los meses de marzo y abril, con fecha 21 de mayo, firmado por él mismo, en Ychmul.

En relación con el primer comunicado, la respuesta de la tropa es casi inmediata, pues en los meses de marzo y abril entregaron un total de 541 personas, entre prisioneros y gente que se entrega voluntariamente, y era de esperarse, pues el ofrecimiento de cinco pesos por persona era más que una buena razón.

Por eso se puede afirmar que desde que se inicia este negocio de la trata, está de por medio el lucro, razón más que suficiente para que su práctica se prolongase por mucho tiempo y con mayor intensidad, como se dio en los años siguientes; al grado de que la prensa local llegó a llamarla “el tráfico de carne humana”, indicando que se daba en forma ilegal y clandestina por las costas que las autoridades no podían vigilar, o bien lo permitían a cambio de recibir ganancias.

Esta historia se supo mediante la recuperación de los contratos y de las embarcaciones que registraban su salida en los puertos controlados por las autoridades; hay otras facetas de ella que no se han estudiado, como el tráfico de menores de edad que, en calidad de criados, acompañaban a sus patrones en viaje a La Habana. Esto sucedía en el año 1848, antes de que se decretara la expulsión de los rebeldes. En ese año se registró la salida de 178 menores. El dato llama la atención porque en la lista encontramos personas que se hacen acompañar de hasta 10 criados, como los casos siguientes: Juana González, con 11; Dolores Escudero, 8; Pilar Elizalde de Quijano, 9.

Es de suponer que el destino de estos menores o bien era la venta, como se acostumbraba en la isla, o los alquilaban para que sus amos cobraran por su trabajo. Al año siguiente, el número de menores en esta situación fue de 98, y es también el año en que salen los dos primeros grupos de “contratados”. El primero, de 135 personas, partió en marzo y el segundo, de 185, en el mes de abril; éstos, ya con el carácter “legal” que el Gobierno le había dado.

Cabe recordar que el 23 de enero de 1854, el Gobierno de Santa Anna firmó un convenio con la casa de comercio de Tito Visino para el tráfico de mayas como esclavos a la isla de Cuba; luego firmaría otro convenio con la casa Sangronis con el mismo fin. Este degradante episodio de la llamada Guerra de Castas inició al parecer con el decreto expedido por El Gobernador Barbachano de Yucatán, el 6 de noviembre de 1848, en el que se establecía que todo maya hecho prisionero con las armas en la mano sería expulsado del país por 10 años, situación que aprovecharon los hacendados blancos de Cuba, donde imperaba el sistema esclavista.

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