Es enfrentarlo o morir: Mariana padece cáncer de mama en Quintana Roo

Mariana narró a Por Esto! cómo ha vivido su historia siendo paciente de cáncer de mama, además de lamentar que en Quintana Roo no hay infraestructura para atender esta enfermedad
viernes, 4 de febrero de 2022 · 08:51

Mariana tiene 45 años de edad. En los últimos meses, ha estado sometida a un estricto tratamiento para enfrentar el cáncer de mama, que le fue detectado en abril del año pasado, a través de una cirugía para extirpar el seno, quimioterapias y radiaciones. Cuenta con el apoyo de su familia para salir  adelante de esta adversidad.

En entrevista con Por Esto!, comentó que una mañana, mientras se bañaba, detectó una bolita en su seno izquierdo. Asustada acudió en busca de ayuda médica. Varios estudios dieron como resultado 95 por ciento de probabilidad de cáncer de mama, lo que después fue confirmado.

Actualmente se encuentra en Guadalajara, Jalisco, luego de conseguir apoyo a través de la fundación “Un Grano de Arena por Mujer”, que se ubica en Playa del Carmen, lugar donde reside desde hace más de 30 años.

“Envié a la fundación todos los estudios y los hicieron llegar al Hospital Civil de Guadalajara. Inmediatamente me recibieron. Llegué en mayo del año pasado y al mes me hicieron una cirugía. Me retiraron el seno y en agosto inicié con cuatro quimioterapias. Tras ello, me dieron de alta momentáneamente y regresé a casa”, dijo.

Indicó que en enero inició de nueva cuenta con el proceso de radioterapias. “Llevó aquí tres semanas; estoy en la fase final del tratamiento. Lo más crítico ya pasó, que fue las cirugías y quimioterapias. Gracias a Dios soy una sobreviviente. Logré detectarlo a tiempo, por eso la importancia de checarnos  constantemente, porque es una enfermedad silenciosa que aparece de la noche a la mañana”.

Indicó que en su “viacrucis” tuvo el apoyo de su familia, de su esposo y sus hijos Issac, de 16 años, e Ian, de 14, quienes en todo momento la han estado alentando a distancia y, en la medida de lo posible, de manera presencial.

Indicó que durante su proceso fue acobijada en Guadalajara, por una de sus hermanas, momento al que se sumó su hijo Issac, quien estuvo con ella un tiempo para llevarla al riguroso tratamiento que la devastó, por algún tiempo, con nauseas, mareos y caída de cabello.

“Desde que me detectaron el cáncer, en Guadalajara, tenía dos caminos: agarrar una buena actitud y enfrentarlo, o no. Es una noticia que te cae como balde de agua fría. Piensas que te vas a morir; es la muerte. Traté de tener una fuerte actitud; ha sido mi mejor medicina. Hubo días grises en los que no te quieres levantar de la cama; los días malos realmente fueron muy poquitos”, expresó.

Comentó que durante las quimioterapias estuvo ausente de su casa, cinco meses. “Fue lo que más me pegó. Mi esposo y mi hijo más chico se quedaron allá; el mayor me alcanzó en Guadalajara. No me decía nada, pero al final de cuentas, fue una enseñanza para toda la familia; nos unió más”.

Mariana mencionó que le realizaron cuatro quimioterapias, que tardaban varias horas para limpiar la vena y aplicar los dos medicamentos, los cuales, un día antes le informaban si los había o no, de lo contrario, tenía que comprarlos a un costo de entre los 4 mil y 8 mil pesos, que en ocasiones conseguía a través de fundaciones.

“Estoy prácticamente cantando victoria, porque ya estoy en lo último. Me tocaron 25 radioterapias, me faltan 15, en tres semanas más y espero que mi doctor me dé de alta y sólo venir cada seis meses a revisiones, durante los próximos cinco años que tengo que estar en observación”, señaló.

Detalló que un año después de que le extirparon el seno, se puede someter a una cirugía de reconstrucción, la cual consiguió a través de otra fundación, en la que está en lista de espera.

Sistema de Salud, obsoleto

Mariana reprochó que el Sistema de Salud  de Quintana Roo, no sea de los mejores, al asegurar que es muy lento y no tiene la infraestructura como en Guadalajara. “Estoy súper agradecida con Frida, por esta oportunidad que se me dio”.

Explicó que investigó por su cuenta el costo del tratamiento, el cual tiene un valor superior al millón y medio de pesos. “Es muy costoso, tan sólo las radioterapias, de las 25 sesiones, son aproximadamente entre 150 y 200 mil pesos. En Quintana Roo, como es una zona turística, está arriba del medio millón de pesos; es un tratamiento extremadamente costoso”.

Frida Venegas, Presidenta de la Fundación “Un grano de arena por mujer”, lamentó que en el Uneme-Dedicam de Cancún, tardan entre cuatro y seis meses en dar un diagnóstico, además que no tienen a un especialista que interprete los resultados, mismos que envían a Chetumal; o un patólogo para que haga las biopsias.

“El único lugar que tiene capacidad para atender el cáncer es el Seguro Social (en alusión al IMSS), de ahí en fuera, no tenemos esa plataforma para atender ningún tipo de cáncer en el Estado. Todos son enviados a Campeche, Mérida o Oaxaca”, indicó.

Lamentó que el Hospital Oncológico de Quintana Roo no esté funcionando, ya que se habilitó como Hospital COVID y toda la población se atiende en los Servicios Estatales de Salud (SESA) de Cancún, pero como no hay capacidad para ello, son turnados a otras demarcaciones.

“La fundación tiene 40 pacientes oncológicos que son atendidos desde hace cinco años. Al mes mando –a otro Estado-, por lo menos a dos mujeres a atenderse de cáncer. Hay casos, como el de Mariana, otros que son de tipo cervicouterino, de riñón”.

Aseguró que no se da mucha difusión a las campañas del Gobierno para la detección temprana del cáncer, “porque no hay quien atienda a los pacientes y mucho menos interpretar los resultados. Tenemos una desigualdad social muy fuerte en el tema del cáncer en Quintana Roo, es urgente que empiece a funcionar el Hospital Oncológico. De 30 pacientes sospechosos, cuatro dan positivo y, de ellos, uno está en etapa terminal”.

Lamentó casos donde los pacientes abandonan el tratamiento y fallecen. “Esa es una realidad, quienes lo llevan, logran sobrevivir. En los cinco años que llevamos de fundación, siete mujeres murieron. La última fue en diciembre, de un cáncer cervicouterino”.

Aseguró que a través de la fundación, en el periodo de junio a diciembre de 2021, a seis mujeres se les retiró el seno, “y eso de los casos que vinieron a solicitar el apoyo”.

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CG