Caso Fernanda en Isla Mujeres: Abrazar a su hija, el mejor regalo de Navidad para los Canul Blanco

Luego de seis meses de que Fernanda Cayetana desapareció en la Zona Continental de Isla Mujeres, sus padres aún lloran su ausencia y esperan verla pronto con vida
sábado, 24 de diciembre de 2022 · 08:44

“El mejor regalo de Navidad sería ver a mi niña”, dice con un nudo en la garganta Deysi Blanco, mientras se limpia las lágrimas que ruedan por sus mejillas; es la primera Nochebuena sin Fernanda Cayetana, desaparecida hace ya medio año.

Parada en el patio de su casa, recuerda que en estas fechas estarían en alguna plaza comercial buscando la ropa que estrenaría Fernanda; era casi una rutina obligada de todos los años. Sin embargo, este año, el ambiente festivo dejó de percibirse en la casa de la familia Canul Blanco. Hoy, un pequeño altar lleno de fotos de Fernanda en lo que era su recámara, es el mudo recordatorio de su ausencia.

Para Deysi Blanco no existen las celebraciones, no hay una suculenta cena, no hay regalos y mucho menos paz en su corazón, pues no sabe si Fernanda comió, tiene sed, frío o hambre; dice que no hay nada que celebrar, porque no podría cenar o festejar con el corazón destrozado.

Ruben Darío

Mientras recuerda las Navidades junto a su niña, se frota las manos, solloza y las lágrimas vuelven a cubrir su rostro. Por momentos parece que le cuesta mantenerse de pie con cada recuerdo, pero continúa relatando que, durante la tarde, en vísperas de Navidad, ella y su hija se repartían las tareas para tener la cena lista, podía ser pierna o un pavo; era el preámbulo de una celebración que se prolongaba hasta entrada la madrugada.

“El mero 24 de diciembre nos poníamos de acuerdo para ver qué iba a hacer cada una; estábamos platicando lo que íbamos a hacer para comer. Ella me acompañaba siempre; ahora que no está, no hay nada que celebrar, no hay Navidad, no hay Año Nuevo, ya no hay nada. Vamos a cenar como cualquier otro día y después a dormir. En esta familia se acabó la Navidad, se acabó la alegría, no tenemos nada que hacer porque estamos muy tristes sin mi niña”, dice la señora Deysi, mientras se frota el rostro, hace una prolongada pausa y vuelve a llorar tan fuerte que el dolor de su alma se percibe en el ambiente.

Aunque es una tarde soleada, un frío eriza la piel; parece que una nube se posó sobre la casa de la señora Deysi y su familia. Aunque en la calle el ambiente es festivo, las fotos en las que Fernanda Cayetana luce sonriente provocan un nudo en la garganta, mientras su madre se aferra ellas y las acaricia con la ternura de quien espera el regreso de la menor de sus hijas.

Aun con lágrimas, la mamá de Cayetana asegura que el mejor regalo de Navidad que podría darle la vida es ver a su hija regresando casa, que pudiera verla y abrazarla de nuevo es el regalo que más anhela, porque la esperanza es lo último que se pierde.

“A veces quisiera verla que viene caminando en la cuadra, que llega aquí a la casa y puedo abrazarla. Ese es el regalo que más quiero; para mí sería el mejor regalo que me pueden dar en esta Navidad, que pueda ver y abrazar a mi niña, que los que la tienen le suelten para que venga aquí a la casa. Si me están viendo les pediría eso, que me devuelvan a mi niña”, dice doña Deysi, mientras mira hacia la entrada de su casa y por un momento parece que se le dibuja una sonrisa en el rostro.

Sin previo aviso, nos pide que la acompañemos a la recámara en donde guarda lonas y afiches de búsqueda en una enorme bolsa verde que tiene lista, porque hay planes para otra movilización por la tarde, ahora en el Palacio Municipal, donde protestará nuevamente para exigir la aparición de su niña.

Ya perdoné al “taquero”

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Mientras pide al cielo ver a su hija, doña Deysi asegura que no existe rencor en su corazón, que ella no tiene coraje contra Marco Antonio, alias “El taquero”, (principal sospechoso de la desaparición de Fernanda Cayetana) o su familia; incluso dice que ya lo perdonó desde lo más profundo de su corazón, porque él tampoco debe encontrar la tranquilidad, sabiendo lo que hizo.

Bajita de estatura, es una mujer determinante que sostiene que si un día le permiten ver a los ojos a Marco Antonio, únicamente le pediría que le devuelva a su hija, que le diga dónde la dejó; porque él también es padre de una niña, y quisiera que se ponga en su lugar, para que sienta lo que es no saber nada de su niña durante meses, repite, mientras la tristeza se convierte en fortaleza con un dejo de rabia en el rostro.

Con los brazos cruzados, no duda cuando dice que ha pedido a las autoridades que la dejen entrevistarse con el taquero, para exigirle que por fin le diga dónde está Fernanda y así los dos puedan hallar la tranquilidad que tanto anhela su corazón.

La indolencia y mentiras de Mara Lezama

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Mientras habla de la poca eficacia de las autoridades, recuerda que la actual Gobernadora, María Elena Hermelinda Lezama Espinosa, se comprometió a resolver su caso en sólo 15 días, pero hoy ni siquiera le responde los mensajes de WhatsApp.

Mientras se limpia de nuevo las lágrimas, dice que hoy, más que nunca, se siente sola, engañada y abandonada por las autoridades ministeriales y la Mandataria estatal, que solo les dio “atole con el dedo”.

Mira a todos lados y evita soltar una grosería, mientras recuerda que tiene que darse prisa para estar puntual en una nueva manifestación (que se realizó ayer). Se despide en la puerta de su casa, que al igual que ella, luce triste, sin un solo arreglo de Navidad. Parece que allí el tiempo se detuvo, como si la propia casa estuviera esperando la llegada de Fernanda.

Fernanda Cayetana Canul Blanco desapareció el 21 de julio del 2022, en la Zona Continental de Isla Mujeres; aunque hay un hombre detenido por estos hechos, aún no hay indicios de su paradero.

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JG