Quintanarroenses testifican milagros de la Virgen de Guadalupe

Julián Campos Vázquez tenía 11 años cuando le prometió a la Virgen de Guadalupe que peregrinaría cada 12 de diciembre si le permitía volver a caminar.

El devoto, de ahora 50 años, contó a Por Esto! que cuando era un niño le diagnosticaron una enfermedad que le impedía andar; sin embargo, llevado por la fe hacia la Reina de México, confiadamente le pidió un milagro y ofreció dar testimonio con su vida.

“Le prometí que si volvía a caminar realizaría la peregrinación cada año, hasta que las fuerzas no me alcancen para continuar; y después de unos días recuperé la movilidad” explicó.

Ese mismo año cumplió su promesa e inició con las peregrinaciones; la primera en la ruta Cenotillo-Cholul-Cenotillo, en la que cubrió una distancia de 65 kilómetros. Desde entonces, no ha dejado de realizarlas cada año y cuando emigró a Quintana Roo trajo consigo su devoción y junto con otros fieles instauró la ruta Chetumal-Bacalar, en el que participaban principalmente taxistas de ambas localidades.

Hace 20 años, la Morenita del Tepeyac le concedió otro milagro, pues su esposa tuvo complicaciones durante el embarazo. Él nuevamente pidió su intervención y ahora su hija lo acompaña todos los años a cumplir la promesa.

Campos Vázquez puede dar testimonio de otro portento, que le hizo reforzar su fe. Hace aproximadamente cinco años, precisamente durante los festejos de la Virgen, mientras acompañaba a los peregrinos en la ruta Chetumal-Bacalar, uno de los cohetes se encendió y explotó en la camioneta. Aunque el vehículo estalló en llamas, el devoto, que viajaba en la parte posterior, únicamente sufrió quemaduras de primer y segundo grado.

Por ello, el creyente realiza sus novenas cada año y lleva casi cuatro décadas manteniendo su promesa a la Virgen. En esta ocasión peregrinará con los trabajadores de una empresa refresquera de Chetumal.

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NR