Continúa suspendida la recolección de basura por huelga de trabajadores en Chetumal
En los cuatro días sin servicio de recolección, se han acumulado mil 200 toneladas de basura en las calles
Chetumal.- A cuatro días de la deficiente recolección de basura en la capital del Estado el problema sigue latente, porque aún se observan amontonamientos de basura en las calles de las colonias populares, centros comerciales, pero sobre todo, detrás del Hospital de Especialidades (Oncológico) COVID-Sedena, denunció el exregidor Federico Hernández Amador.
En los cuatro días se han acumulado mil 200 toneladas de basura en la capital del estado, porque de acuerdo con la Dirección de los Servicios Públicos Municipales en Chetumal, se tienen 100 colonias y fraccionamientos, los cuales generan 300 toneladas diarias de basura, es decir, 3 toneladas por barrio.
Y aunque la tarde de hoy se levantó un poco de residuos sólidos en los mercados municipales y en las avenidas que conforman el primer cuadro de la ciudad, con cuatro unidades, no fueron suficientes para solucionar el problema que se tiene desde hace cuatro días, sobre todo, en las colonias populares, hospitales y centros comerciales.
El exconcejal, afirmó que el alcalde de Othón P. Blanco, Otoniel Segovia Martínez ha demostrado incompetencia para resolver el problema que tiene con los trabajadores sindicalizados de los Servicios Públicos Municipales, mientras tanto, la ciudadanía es la que resulta afectada por la falta de un servicio eficaz.
El problema de recolección de basura durante la presente administración es deficiente, pero con la huelga de brazos caídos por parte de los trabajadores se recrudeció, debido a que se acumularon decenas toneladas de desperdicios, y está generando entre la ciudadanía un problema de salud pública, acotó.
Finalmente, Hernández Amador, urgió al presidente municipal a solucionar el problema de aumentos de sueldo y compensaciones que tiene con los trabajadores sindicalizados, el cual fue el origen de la huelga de brazos caídos, ya que la ciudadanía no solo tiene que protegerse del COVID-19, sino también de los malos olores que dejan los residuos sólidos urbanos.
