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Opinión

Rusia-Ucrania ¿Quién tirará la primera piedra?

La movilización militar de Rusia en la frontera con Ucrania, el desplazamiento de tropas hacia Bielorrusia y el despliegue de buques en el Mar Negro, son hechos. También lo son el incremento del estado de guerra y la concentración de tropas de Ucrania en la “línea de contacto”, virtual frontera con los autoproclamados Estados de Donetsk y Lugansk, en realidad enclaves rusos en territorio ucraniano. Tales situaciones pudieran generar dos escenarios. 

El primero y más probable es que Ucrania denuncie los acuerdos de Minsk, y mediante acciones ofensivas penetre en los territorios de Donetsk y Lugansk. La acción con fuerte presencia de blindados y artillería, pudiera estar precedida por intensos bombardeos de artillera y aviación que no podrían dejar de afectar a la población civil.

A pesar de la superioridad numérica ucraniana, la operación en Donetsk y Lugansk no sería un paseo pues los presuntos Estados, han tenido años para reforzar sus defensas, preparar el teatro de operaciones militares, creando una red de obstáculos para dificultar, ralentizar, incluso impedir el avance de los carros de combate y la infantería ucranianas ocasionándole bajas considerables.

Estados Unidos, la OTAN y los gobiernos occidentales apoyarían políticamente a Ucrania o como mínimo se abstendrán de condenarla y los críticos estarían silenciados pues se trata de operaciones dentro de su territorio. La ONU, como es habitual, se limitaría a algún llamado al alto al fuego.

Para que este esquema se realice, las tropas rusas desplegadas en la frontera tendrían que mirar para otro lado y abstenerse de intervenir lo cual, aunque poco probable, no es imposible.

La segunda posibilidad se desplegará si ante el avance de Ucrania sobre Donetsk y Lugansk, las tropas rusas se movilizan, cruzan la frontera y enfrentan los efectivos ucranianos en los enclaves. En caso de tener éxito, las tropas rusas pudieran detener la ofensiva ucraniana, incluso obligar a sus tropas a dar media vuelta y retroceder.

En esa hipótesis, Putin, en su condición de Comandante en jefe debería decir si, al salir a la “línea de contacto” que oficia como frontera de Donetsk y Lugansk con Ucrania, sus tropas se detienen, pasan a la defensa y consolidan las posiciones alcanzadas o continúan el avance hacia la profundidad del territorio ucraniano en dirección a Kiev. La opción más probable es la primera. En cualquiera de estas alternativas, la OTAN y Estados Unidos quedan fuera de juego.

Otro ángulo de la provocación pudiera manifestarse si desde alguno de los países de la alianza contiguo a Ucrania como son Polonia, Rumania, Hungría, Eslovaquia, Letonia y Lituania o la República Checa, se registrarán ataques aéreos o con misiles contra las tropas rusas, en cuyo caso la réplica de la superpotencia pudiera ser inmediata y abrumadora. En tales circunstancias pudiera invocarse el capítulo 5, del Tratado del Atlántico Norte que establece la defensa colectiva y, según el cual, “Si un país de la OTAN es atacado lo son todos”, lo cual involucraría a la organización, incluidos los Estados Unidos.

No obstante, todavía no es la guerra mundial porque ese mismo tratado establece que, cada país decidiría la forma y el alcance de su respuesta. No obstante, el peligro de una conflagración total es enorme. Estas hipótesis no podrán ser verificadas hasta que no se lance la primera piedra que, según mi apreciación lo hará Ucrania, lo cual colocaría a Rusia en una disyuntiva decisiva. Datos relevantes serán la intensidad y la escala de las operaciones militares y si hay o no algún tercer país involucrado. En breve habrá respuestas.

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