Mayo Zambada, el intocable

sábado, 24 de noviembre de 2018 · 04:04
Ricardo Ravelo En la Corte de Nueva York, donde se lleva a cabo el juicio contra el exjefe del cartel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, han salido a relucir datos y evidencias de la corrupción que desplegó ese grupo criminal desde el 2001 a la fecha, a lo largo de tres sexenios. Resulta evidente que tras su fuga del penal de Puente Grande, Jalisco, El Chapo se mantuvo impune durante los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y buena parte del sexenio de Enrique Peña Nieto, que está a pocos días de finalizar como uno de los peores de la historia. Rey Zambada, hermano de Ismael El Mayo Zambada, abrió la boca y está soltando toda la información que sabe respecto a la corrupción en México: ya empinó a Genaro García Luna, el policía del panismo, quien brindó protección al narcotráfico y en particular al cartel de Sinaloa, de acuerdo con las declaraciones de Rey Zambada. Y es que el cartel de Sinaloa, por ahí de los años 2006 y 2010, tenía amplios controles en la Ciudad de México. Corrompió a los más altos funcionarios de las PGR, a los que les pagaban mensualmente medio millón de dólares a cambio de información sobre operativos e investigaciones. También fueron capturados altos mandos de Interpol-México, que operaban en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, funcionarios de las aduanas, entre otros, que se encargaban de proteger los cargamentos de droga que arribaban a la terminal aérea desde Centroamérica y Sudamérica. No es todo: personal de la embajada de Estados Unidos en México, agentes de la Drug Enforcement Administration (DEA), de acuerdo con las versiones de Rey Zambada, formaban parte de la lista de aliados del cartel de Sinaloa. Estos funcionarios siempre estaban prestos para filtrar información sobre investigaciones y extradiciones. De acuerdo con otras versiones, contenidas en el expediente denominado Operación Limpieza, el encargado de todas estas maniobras de corrupción no solamente era Guzmán Loera y Rey Zambada sino Ismael El Mayo Zambada, cabeza del cartel de Sinaloa, quien se ha mantenido impune a lo largo de más de seis décadas. El Mayo Zambada vive en Sinaloa, en la ciudad de Culiacán, tiene sus refugios. Se trata de casas, departamentos y ranchos donde pasa la mayor parte de su tiempo. Se asegura que cuando sale a la calle, a bordo de alguno de sus vehículos, su chofer tiene la encomienda de no pasarse un alto, de manejar con esmerada precaución para no infringir las reglas de tránsito. Suele moverse con absoluto sigilo, al fin viejo lobo de mar, hombre de la vieja guardia del narcotráfico, inició en los años setenta en el negocio del tráfico de drogas y desde entonces ninguna autoridad lo ha podido detener. Zambada García militó en el cartel de Guadalajara, fue pieza del cartel de Tijuana, después se ligó al cartel de Juárez, al lado de Amado Carrillo Fuentes, muerto en 1997, según la versión oficial, y desde hace varios años es una de las cabezas más poderosas del cartel de Sinaloa. Siempre se ha manejado con bajo perfil, de ahí su antigüedad en el negocio del narcotráfico. Se asegura que entre sus propiedades figuran fastuosos ranchos con ganado de alto registro, es productor de leche y de otros productos agrícolas. El mismo le contó a Julio Scherer García que en varias ocasiones ha estado a punto de ser detenido, pero que se ha librado de puro milagro. Quién sabe si en realidad ha estado a punto de ser capturado o simplemente lo dijo como una forma de afirmar que el Ejército y la policía han realizado su trabajo con respecto a su búsqueda. Pero lo cierto es que en más de seis décadas El Mayo Zambada no ha sido molestado ni durante los gobiernos priístas ni mucho menos con los panistas. Zambada García es una figura emblemática, según ha dicho su hermano, Rey Zambada. El propio Chapo Guzmán, con quien al parecer rompió relaciones, sostiene que el verdadero jefe del cartel de Sinaloa es Zambada García. Lo que no es un secreto es que fueron varios los capos responsables de la expansión del cartel de Sinaloa. Ahí está el propio Guzmán Loera, los hermanos Beltrán Leyva, Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, declarado muerto hace tres años, aunque ninguna autoridad lo haya confirmado, entre otros personajes que fueron clave para el posicionamiento de esa organización criminal, la más poderosa del mundo, según el gobierno de Estados Unidos. La única forma de lograr la explosiva expansión del cartel de Sinaloa sólo lo explica la corrupción desatada por sus miembros. Y es que en aras de mantenerse impunes y en constante crecimiento, el cartel de Sinaloa lo corrompió todo. Seguramente pagaron campañas políticas, como ha ocurrido en Colombia, es bastante probable que hayan corrompido a los más altos mandos de la Policía Federal, del Ejército Mexicano y a funcionarios de la Presidencia de la República. Pero lo que resulta difícil es probar los sobornos otorgados a políticos y policías. Faltan las pruebas que, por ahora, todavía no se exhiben en la Corte de Nueva York, donde están empezando a salir nombres y más nombres de los presuntos protectores del narcotráfico en México. Falta mucho por conocer respecto de esta madeja de corrupción que ha permitido la expansión del narcotráfico en México. Mientras en la Corte de Nueva York salen a relucir detalles de la corrupción, en México Ismael El Mayo Zambada permanece en silencio y escondido, protegido, impune, intocable. Nadie se mete con él, nadie lo molesta. Todos los respetan y hasta le dicen El Señor Don Mayo, pues resulta que este personaje del Crimen Organizado es uno de los benefactores sociales más importantes en Sinaloa. El suele hacer todo tipo de favores y mucha gente –políticos, empresarios, soldados y policías– viven agradecidos por sus favores. Por eso lo respetan y también lo quieren. (SIN EMBARGO.MX)

Otras Noticias