Rusos despiden al líder opositor Alexéi Navalni
Medios rusos informaron que la fila para la ceremonia de despedida de Alexei Navalny tiene aproximadamente un kilómetro de largo
Moscú se convirtió en el escenario de una emotiva despedida para Alexéi Navalni, el líder opositor cuya vida terminó hace dos semanas bajo misteriosas circunstancias en una prisión del ártico.
Miles de simpatizantes se congregaron frente a la iglesia ortodoxa en el barrio de Mariino, anticipando la ceremonia fúnebre programada para este viernes.
A pesar de las preocupaciones iniciales por retrasos en la entrega del cuerpo, el féretro con los restos de Navalni fue recibido en la iglesia, como evidenció un video compartido por Ivan Jdanov, uno de sus colaboradores más cercanos, en Telegram.
La llegada del féretro marcó un momento de profunda conmoción entre los asistentes que ya formaban una extensa fila para rendir homenaje.
Leonid Volkov, otro colaborador de Navalni actualmente en exilio, hizo un llamado a través de las redes sociales para que quienes estuvieran en Moscú se unieran al último adiós, enfatizando la importancia de la presencia colectiva en este solemne acto.
El evento atrajo a una diversidad de personas, desde jóvenes hasta ancianos, muchos de los cuales llevaban flores como muestra de respeto.
Sin embargo, la solemnidad del momento se vio contrastada por la fuerte presencia de seguridad en los alrededores de la iglesia y en el cementerio donde Navalni será enterrado, incluyendo la instalación de posibles inhibidores de señal.
En este contexto de vigilancia, algunas universidades emitieron advertencias a sus estudiantes contra la participación en manifestaciones, mientras que el Kremlin reiteró la ilegalidad de las reuniones no autorizadas.
"Queremos recordar que hay leyes que se deben respetar: cualquier acto de reunión no autorizada será considerado una infracción legal", declaró Dmitri Peskov, portavoz presidencial, subrayando la postura oficial frente a los actos de conmemoración y protesta.
Este homenaje a Navalni subraya no solo el legado de su lucha por la transparencia y la justicia, sino también el delicado equilibrio entre el luto público y las restricciones impuestas por las autoridades rusas.
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IO
