Al menos 39 personas han muerto en la estación de Kramatorsk, en el este de Ucrania, por un ataque con un misil que alcanzó a personas que intentaban huir de la región del Donbás, sobre la que se prepara una ofensiva rusa.
Este ataque, en el que también resultaron heridas 100 personas, es uno de los más sangrientos en las seis semanas de guerra y se produce en un momento de indignación internacional frente a las atrocidades que comienzan a descubrirse en Ucrania.
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"39 personas murieron y más de 100 resultaron heridas tras un disparo de cohetes contra la estación. Es un ataque deliberado", dijo en Telegram, Oleksander Kamyshin, responsable de la compañía ferroviaria ucraniana Ukrzaliznytsia.
Por su parte, Oleksiy Arestovych, asesor del jefe de la Oficina de la Presidencia ucraniana, afirmó que previo al ataque, el objetivo estuvo vigilado por drones de Rusia.
"Las tropas rusas atacaron con un misil del tipo Iskander la estación de trenes de Kramatorsk. Hay que comprender que ataques de este tipo van precedidos de un reconocimiento minucioso del objetivo, como mínimo con drones, observando el terreno", dijo
Zelenski califica de "maldad sin límites" el ataque contra estación
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, lo calificó de acto de “maldad sin límites” de parte de Rusia. Pero en Moscú, el ministerio de Defensa negó ser el autor del ataque y denunció una “provocación” de Kiev.
"Como no tienen fuerza ni valor para enfrentarse a nosotros en el campo de batalla, destruyen cínicamente a la población civil. Es una maldad sin límites. Y si no se castiga, no cesará jamás", dijo el mandatario a través de Telegram
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AR