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Desesperado por la grave crisis económica que azota no sólo a Costa Rica, sino a todo el mundo, Jeudy Segura Calderón, un hombre de 43 años, decidió poner en venta algunos de sus órganos para obtener recursos y así poder alimentar a sus 4 hijos.
La historia fue recogida por La Teja de Costa Rica, quien entrevistó al hombre que ha puesto a la venta sus riñones, páncreas, médula ósea y hasta su piel.
“La desesperación me deja esto. Vendo mi riñón, mi páncreas, mi médula ósea, mi piel. Mis hijos me piden galletas y comida y no sé qué hacer”, declaró a la publicación el hombre originario del barrio Cuba , ubicado en la capital de Costa Rica, San José .
Jeudy Segura Calderón asegura que tiene 4 hijos, y uno de ellos padece autismo, por lo que su situación, asegura, es desesperante, por lo que llamó a través de su cuenta de Facebook a todos aquellos que necesiten un donante para que se pongan en contacto con él.
“Vendo parte de mi cuerpo; estoy sano, lo que ocupen tiene precio, y ese precio es para la felicidad de mi familia”, declaró.
El hombre se encuentra desempleado desde hace 5 meses a consecuencia de la pandemia de COVID-19 que ha deteriorado a todas las economías del mundo; asegura que tiene experiencia en administración de negocios, pues incluso llegó a administrar un restaurante en el pasado, sin embargo, señaló que puede desempeñar cualquier tipo de empleo remunerado.
También dijo que en el pasado realizado servicios de taxi vía aplicación como Uber, pero ahora no tiene auto ni recursos para poder arrendar uno y ponerse a trabajar. Incluso ha solicitado empleo en la pizca de café, pero ésta comienza hasta finales de noviembre.
Según recoge La Teja, Jeudy Segura Calderón tiene 15 años de casado; “uno de mis hijos es autista. Durante todo este tiempo le hemos hecho frente a la vida, no hemos necesitado de ninguna ayuda, somos costarricenses”, detalló. Además dijo que solicitó el apoyo económico que brinda el gobierno de ese país, pero aún no ha recibido nada.
Señala que este tiempo han podido subsistir gracias a las becas estudiantiles que reciben tres de sus hijos, y por las pequeñas despensas que reparte la municipalidad.
Por redacción PorEsto!
JH
