¿Cómo se superaron las peores pandemias de la historia de la humanidad?

Algunas pandemias duraron décadas e incluso cientos de años en mitigarse.
viernes, 21 de agosto de 2020 · 17:45

Este viernes el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que se espera que la pandemia del nuevo coronavirus dure al menos de dos años.

“En nuestra situación ahora con más tecnología, por supuesto con más conectividad, el virus tiene más posibilidades de propagarse, puede moverse rápidamente porque estamos más conectados”, dijo el doctor jefe de la OMS.

En efecto, dos años sería un tiempo relativamente rápido para mitigar una pandemia, pues en la historia de la humanidad se han registrado diversas enfermedades infecciosas que duraron décadas e incluso cientos de años en terminar. A continuación te contamos cuáles han sido las peores pandemias de la historia y cómo lograron superarlas los habitantes del mundo en aquellas épocas.

1. La plaga de Justiniano

La plaga de Justiniano afectó al Imperio romano, así como a Europa, Asia y África y mató entre 30 y 50 millones de personas. Se cree que la plaga, como fue conocida, provenía de las ratas negras; es lo que ahora se conoce como la peste bubónica.

"En cuanto a cómo terminó la plaga, la mejor suposición es que la mayoría de las personas en una pandemia de alguna manera sobreviven, y los que sobreviven tienen inmunidad", dice Thomas Mockaitis, profesor de historia en la Universidad DePaul.

2. Muerte negra

La plaga nunca se fue realmente, y cuando regresó, 800 años después, azotó Europa. En 1347, aproximadamente 200 millones personas fallecieron nuevamente por la peste bubónica.

En cuanto a cómo surgió la peste o cómo detener la enfermedad, la gente seguía sin tener los conocimientos científicos sobre el contagio, dice Mockaitis, pero sabían que tenía algo que ver con la proximidad. Por lo que funcionarios decidieron mantener en cuarentena por primera vez a las personas contagiadas, sobre todo a los marinos.

3. La gran plaga de Londres

La plaga reapareció en Londres aproximadamente cada 10 años desde 1348 hasta 1665, vivieron 40 brotes en poco más de 300 años. Con ella, el 20 por ciento de los hombres, mujeres y niños que vivían en la capital británica murieron.

A principios del siglo XVI, Inglaterra impuso las primeras leyes para separar y aislar a los enfermos. Las casas afectadas por la peste estaban marcadas con un heno colgado de un poste en el exterior. Si se tenía familiares infectados, los ciudadanos tenían que llevar un palo blanco cuando salían en público. Se creía que los gatos y los perros portaban la enfermedad, por lo que hubo una masacre generalizada de cientos de miles de animales.

Se cree que aislar a los enfermos y mantener a los fallecidos en fosas comunes fue lo que salvó a la humanidad de desaparecer.

4. Viruela

La viruela fue endémica en Europa, Asia y Arabia durante siglos, una amenaza persistente que mató a tres de cada diez personas que infectó. Asimismo, afectó a millones de los pueblos indígenas del México actual y a los Estados Unidos cuando ocurrió la Conquista

“No ha habido una matanza en la historia de la humanidad que coincida con lo que sucedió en las Américas: entre el 90 y el 95 por ciento de la población indígena desapareció en un siglo”, dice Mockaitis. “México pasa de 11 millones de habitantes antes de la conquista a un millón”.

Siglos más tarde, la viruela se convirtió en la primera epidemia de virus que terminó con una vacuna. Sin embargo, aunque fue desarrollada a finales del siglo XVIII por un médico británico llamado Edward Jenner, hasta 1980 la OMS anunció que la viruela había sido completamente erradicada.

5. Cólera: una victoria para la investigación en salud pública

A principios y mediados del siglo XIX, el cólera arrasó Inglaterra y mató miles. La teoría científica predominante de la época decía que la enfermedad se contagiaba por aire viciado conocido como "miasma". Pero un médico británico llamado John Snow sospechaba que la misteriosa enfermedad se encontraba en el agua potable de Londres.

Este médico convenció a los funcionarios para que quitaran la manija de la bomba en el pozo de agua de "Broad Street", dejándolo inutilizable y, como por arte de magia, las infecciones se acabaron. Su trabajo condujo a mejorar el saneamiento urbano y proteger el agua potable de la contaminación.

Con información de History.

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