De manera común se suele confundir estos frutos. En algunos casos se piensa que son el mismo, pero hay diferencias entre ambos que las hacen muy particulares, aunque las semejanzas en el nombre no nos dejen distinguirlas tan fácilmente.
¿Qué tienen en común?
La pitaya y la pitahaya se consideran exóticas; se cultivan tanto como plantas ornamentales como para la recolección del fruto y generan flores hermosas. Ambas provienen de América Central y México, y pertenecen a la familia de las cactaceae.
La pitaya y la pitahaya contienen propiedades nutrimentales en contenido de vitaminas C, B (B1 o tiamina, B3 o niacina y B2 o rivoflavina), potasio, hierro, calcio y fósforo, además de ser bajas en calorías y de ayudar a la digestión por ser ricas en fibra.
¿Cuál es la diferencia?
Su principal diferencia radica en el género al que pertenecen. La pitaya proviene del género Stenocereus, mientras que la pitahaya es del Hylocereus.
Las espinas también son una característica que las distingue; aun cuando la pitahaya proviene de un cactus, no tiene espinas.
De manera generalizada, se puede decir que la pitaya es redondeada y está cubierta de espinas, que se remueven para venderse al público. Mientras que la pitahaya es alargada y tiene una cáscara rugosa, que se asemeja a las escamas de un dragón. Ambas tienen una pulpa carnosa y abundantes semillas pequeñas y crujientes. Con información de la Universidad del Claustro de Sor Juana
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jram