Argentina vs Croacia, un duelo de 10 rumbo a la final de Qatar 2022: SUPLEMENTO POR ESTO!

La Albiceleste de Messi y Los Ajedrezados de Luka Modric chocan en la cancha del Estadio Lusail para conocer al primer finalista de la Copa del Mundo 2022.
martes, 13 de diciembre de 2022 · 13:20

En el aire se respira sudor y adrenalina, mezclados con la arena del desierto producto de los intensos combates librados en el campo de juego. Los futbolistas de los cuatro batallones sobrevivientes lo sienten en la piel y acelera sus corazones, al presenciar que se acerca la última misión y conseguir el preciado boleto.

Croacia y Argentina nos contagian ese espectro de emociones en que se vieron durante los cuartos de final, donde ambos estuvieron por un momento acorralados: mentalmente puestos a prueba y físicamente al límite, tras llevarlos a la última instancia de los penaltis.

Los balcánicos, nada menos que ante el todopoderoso Brasil, a quien le jugó con temple de acero, pues a pesar de estar abajo del marcador nunca se dobló. Supo mirar a los ojos a la bestia y en una rendija clavó su arma para empatar el partido, a dos minutos del final. Arrojo que nubló a los confundidos Astros de la Canarinha, para caer a través de los tiros de penalti.

La experimentada Croacia, equipo al que no le sobran las figuras, pero si el oficio y veteranía, además del talento en los pies del número 10, Luka Modric, héroe de mil batallas, para liderar un barco que rema parejo y lo hace con ímpetu, metódico para ofender y defender, no visto en el resto de los 32 contendientes; un equipo tan ordenado como los cuadros en sus camisetas.

Este grupo de guerreros se encuentra en la antesala del partido de partidos, una vez más, como hace cuatro años, a pesar de ser juzgados por mostrar un estilo más gris que incandescente, anteponiendo el defender bien, pero que ha sido efectivo para contener y vencer. Cabe mencionar que en ocho días han disputado dos duelos de 120 minutos cada uno, llegando a los tiempos extra.

Esa bruma de polvo, lágrimas y sangre se respiraba también en el campo de Lusail, tras la caída de Países Bajos ante la aguerrida Argentina, de Lionel Messi. Duelo de muchas emociones encontradas y la huella de anécdotas que serán contadas por generaciones. Nadie olvidará la pincelada de pase de gol que se inventó el 10 para asistir al lateral Molina y marcar el primer gol.

Solo un truco de magia como ese podía romper el cerrojo que montó la Naranja de Louis Van Gaal, quien calentó previamente el partido con comentarios que hicieron sentir ofendidos a los albicelestes, que volvieron los cuartos de final en una batalla campal. El equipo de Scaloni ya había pasado por duras pruebas de carácter y aguante en este mismo torneo y siempre salieron avante. Hoy, ambas banderas ondean orgullosas de pie, en víspera de una nueva contienda de inteligencia y de exigencia física.

Se tendrán que descifrar cómo una partida de ajedrez en la camiseta croata. El rey, Messi, que fue poseído por el espíritu de Maradona, moviendo los hilos y la inspiración de su ejército. Un cuadro trabajador, dinámico tácticamente, con la frescura y colmillo que la jerarquía del escenario exige. Ambos cuadros con merecimiento de sobra para afrontar una gran final y con pasta de campeón, en la voraz Francia o la rebelión de Marruecos.

 

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