La novia del mar: una historia de amor, celos y tragedia en el Malecón de Campeche

La leyenda cuenta que el mar se enamoró de una bella mujer que contemplaba sus aguas desde el Malecón de Campeche
jueves, 7 de enero de 2021 · 13:37

En el Malecón de Campeche se encuentra un monumento misterioso que llama la atención de propios y extraños que acuden a contemplar las olas del mar. Esta estructura tiene su origen en la conocida leyenda de La novia del mar sobre el amor, los celos y la tragedia.

Cuenta la historia que hace muchos años, una mujer campechana se paseaba por el Malecón para observar los enormes barcos que arribaban a ese puerto. Ella soltaba su imaginación para darse una idea de cómo eran los países de los que provenían estas embarcaciones y sus extravagantes mercancías.

Tanto era el tiempo que la hermosa mujer pasaba frente al mar, que éste se enamoró de ella y todos los días procuraba formar oleajes armónicos para cautivar a su amaba.

Pero todo cambió una mañana cuando en uno de sus paseos la mujer conoció a un marinero con quien inició un tórrido romance. Era tal la intensidad de aquella relación, que despertó los celos más profundos del mar.

Pasaban las semanas y el amor entre la campechana y el marinero se hacía cada vez más fuerte. El mar se sentía solo y olvidado, pues su amada ya no pasaba las tardes en el Malecón contemplando sus olas.

El marinero tuvo que emprender un viaje junto con su tripulación, pero le juró a la mujer volver lo más pronto posible, sin sospechar que aquella vez sería al última que estarían juntos.

El mar, al enterarse que aquel que lo separó de su amor zarpó en su barco, desató su furia y provocó una fuerte tormenta que hundió aquella embarcación sin dejar sobrevivientes.

Sin embargo, la mujer continuó esperando a su amado en el Malecón de Campeche, contemplando el horizonte y el mar, sin saber que éste no volvería más.

La mujer aún puede ser vista frente al mar, cerca del Foro Ah Kim Pech en el Malecón de Campeche, en espera de poder estrechar entre sus brazos una vez más a aquel marinero, mientras el mar admira eternamente su belleza.

Con información de Conagua

LAF