Tragedia en Brasil: Más de 100 muertos en inundaciones catastróficas en el sur del país

La devastadora serie de inundaciones en el sur de Brasil ha dejado un saldo alarmante de más de cien fallecidos, marcando uno de los desastres climáticos más graves en la historia reciente del país.

Este miércoles 8 de mayo, la Defensa Civil actualizó las cifras, señalando un aumento significativo en la cantidad de víctimas, particularmente en el estado de Rio Grande do Sul, el más afectado y colindante con Uruguay y Argentina.

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Hasta la fecha, se han confirmado 100 muertes en Rio Grande do Sul, un aumento respecto a las cifras reportadas la noche anterior.

Además, se contabilizan 128 personas desaparecidas y 372 heridos en este estado.

Mientras tanto, en el vecino estado de Santa Catarina, se ha reportado un fallecido, elevando a 101 el total de víctimas mortales en toda la región.

Rio Grande do Sul enfrenta una situación crítica con el 80 por ciento de sus municipios severamente afectados por las inundaciones. Ciudades enteras, incluyendo Porto Alegre, la capital regional, han sufrido inundaciones extensas, transformando infraestructuras clave como su principal aeropuerto en auténticas lagunas.

Unas 230 mil 500 personas han tenido que abandonar sus hogares, sumando un total de 1.5 millones de damnificados en el estado.

El panorama es desolador, y las autoridades locales han emitido advertencias sobre la inestabilidad de los terrenos y los riesgos sanitarios asociados a las aguas contaminadas, que podrían propagar enfermedades.

"Las aguas contaminadas pueden transmitir enfermedades", advirtió Sabrina Ribas, portavoz de Defensa Civil, en una reciente rueda de prensa.

Además, casi 100 mil viviendas han resultado dañadas o destruidas, y los daños económicos se estiman en más de 900 millones de dólares.

Equipos de rescate, apoyados por las Fuerzas Armadas, continúan trabajando intensamente para localizar a más víctimas y asistir a los supervivientes, muchos de los cuales se han visto forzados a refugiarse en los tejados de sus casas.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, destacó durante un acto reciente que esta catástrofe representa "un aviso para el mundo" y una clara "factura que el planeta está pasando a la humanidad", enfatizando la urgente necesidad de invertir en infraestructura y medidas de prevención ante desastres naturales.

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