
El buen arranque de la temporada de pulpo se vio empañado por un enfrentamiento entre pescadores locales y foráneos, que dejó como saldo dos embarcaciones incendiadas e igual número volcadas, las cuales se encontraban atracadas.
El problema inició la noche del martes, cuando unas 20 lanchas con matrículas foráneas invadieron esta parte de la costa yucateca, lo cual no está permitido.
Según las investigaciones, las embarcaciones provenían de Dzilam de Bravo, Chuburná y Progreso, lo que generó inquietud entre los hombres de mar locales.
Fue así que se desató una protesta, ya que los trabajadores del ramo en esta área acusaron que se utilizan prácticas ilegales para la captura de pulpo, utilizando la técnica de buceo para llegar hasta las cuevas en las que extraen hasta ejemplares pequeños del octópodo.
“Desde antes de la temporada y hasta ahora, sacan al molusco de las cuevas con cloro. ¿Será que la Capitanía no pueda hacer alguna llamada para tomar cartas en el asunto?”, reclamaron los pescadores.

Ante la situación, se dio aviso a la Capitanía de Puerto, que actuó de manera proactiva al retener algunas lanchas junto con personal de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).
Dichas embarcaciones fueron ancladas en el puerto de abrigo para protegerlas, intentando establecer un diálogo con los pescadores foráneos.
Sin embargo, minutos más tarde, personal de Conapesca liberó las lanchas, supuestamente por no encontrarles delito qué perseguir.
Esto no fue del agrado de los marinos locales, quienes acusan al capitán del puerto, Manolo Garduza, de no apoyarlos contra los pescadores furtivos.
La liberación de las lanchas enfureció a los hombres de mar de la localidad, quienes volcaron dos embarcaciones atracadas e incendiaron otras dos, una de las cuales es propiedad de Alexander J.A. y la otra de Concha, ambas de Dzilam de Bravo.

Las llamas de una de las lanchas calcinadas rápidamente impresionaron a los turistas que disfrutaban de la playa, pues el hecho se registró a escasos metros del muelle.
De acuerdo a datos recabados, las embarcaciones foráneas una vez capturada la mercancía, proceden a llevarla a las congeladoras para su venta.
“Mientras en Río Lagartos, cuando detectan a pescadores que no son de ahí les queman la embarcación, aquí la Capitanía se hace de la vista gorda, seguro que reciben su moche”, expresaron los inconformes.
Elementos de seguridad se han hecho presentes en la zona, pero se desconocen las acciones que están tomando. Sin embargo, se percibe la desesperación de los hombres de mar de este puerto, quienes ya esperaban la temporada para sacar la especie de manera legal por medio de la pesca artesanal y ahora se ven amenazados por los depredadores furtivos. Los marinos esperan que las autoridades resuelvan el asunto.
GC