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Por Efraín Valencia
4 de Jun de 2024
2 min
Escrito por Efraín Valencia
La crisis que enfrenta actualmente la actividad apícola en Yucatán debido a la poca producción por la falta de lluvias y el bajo precio de la miel no sólo pone en jaque a los productores que están buscando otra opción económica, sino también a sus familias que son parte importante en el proceso de la extracción del dulce.
Varios productores involucran a sus hijos y esposas en este trabajo, por lo que no sólo se fortalecen los lazos familiares, sino que se dividen las tareas durante la jornada de trabajo. “En esta parte de Yucatán, la mujer y los hijos juegan un papel importante en la labor apícola, pues durante las múltiples tareas acuden a apoyar en la jornada”, aseguró el productor Julio Caamal.
Señaló que la apicultura se ha convertido en un núcleo familiar productivo en la región, generando empleos directos e indirectos e incrementando los ingresos económicos que generalmente se reparten entre los integrantes de la familia.
Agregó que durante la cosecha y la instalación de los apiarios, así como en el manejo de colmenas y la venta en los centros de acopio, es cuando más participa la mujer y los hijos.
Indicó que ante la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria y el desarrollo rural, se está recuperando la visión cultural y fortaleciendo las organizaciones sociales y económicas de las familias de pequeños productores agropecuarios y forestales, involucrando a toda la familia en la actividad.
Con la ayuda de sus consanguíneos, varios productores han logrado incrementar sus ingresos económicos.
La actividad, que antes era considerada exclusiva para hombres, ahora ve una creciente participación de mujeres, como es el caso de Yazmín Yaneli Uc Poot, quien siguió los pasos de su abuelo Ramón Uc Cen y su padre José Isabel Uc Puc en esta labor. Con apenas 24 años, Yazmín es una apicultora consumada, demostrando que este oficio no tiene género.
Desde el amanecer, junto con sus hermanas, atienden los apiarios que tienen cerca de la comunidad de Dzonot Carretero, pegados en la costa de los puertos de Río Lagartos, en una zona llamada E-Mal, donde los caminos son inaccesibles.
En comunidades como Dzonot Carretero, la participación de mujeres en la apicultura es cada vez más común.
“La mayoría de los productores es acompañada por sus esposas e hijos. La figura femenina sigue siendo esencial en las tareas agrícolas y artesanales, y la extracción de miel se practica ahora como una actividad familiar en donde ayudan en las labores de alimentación, cuidado, reproducción y cosecha de la miel de las Apis mellifera”, reveló el entrevistado.
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GC
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