Buscan salvar a la población de 'cacerolita de mar' con una innovadora investigación en Tizimín

Los especialistas del Laboratorio de Biotecnología Acuícola y Marina del Tecnológico de Tizimín han implementado una investigación para criar larvas de cacerolita de mar
sábado, 24 de febrero de 2024 · 09:03

La cacerolita de mar es una de las especies más antiguas de la Tierra, sin embargo, agoniza por la contaminación, su explotación y el cambio de relieves en la costa, por lo que investigadores del Laboratorio de Biotecnología Acuícola y Marina del Instituto Tecnológico de México campus Tizimín (TecNM) llevan a cabo una investigación innovadora en el país que consistente en criar larvas de la especie para posteriormente liberarlas en el mar.

“Tenemos un plan de cultivar larvas de cacerolita de mar (Limulus polyphemus) para poder soltarlas en el océano, como se hace con las tortugas que se rescatan cuando no pueden llegar a su hábitat; es lo que queremos hacer con estos animales marinos. Hasta ahora se ha logrado que crezcan por un año, desde huevecillos. Eclosionan y al alcanzar un tamaño de cinco centímetros se liberan”, apuntó el biólogo Alam González Euán.

El especialista reconoció que es un proceso complejo, ya que se requiere que la calidad del agua sea óptima, la temperatura, el PH y que no sea diferente a su medio, porque puede que no sobrevivan o crezcan.

Este trabajo se realiza en la institución que, a diferencia de Sisal, donde la Universidad Nacional Autónoma de México tiene un campo de estudios, no se encuentra cerca del mar, ya que Río Lagartos está a 50 kilómetros de distancia.

Detalló que llevar a la institución agua de mar es costoso, pero la cacerolita debe estar con un flujo continuo del líquido, por lo que para solucionar este problema se tiene que preparar agua de mar con la de pozo que tiene una dureza muy alta, lo que ocasiona que las sales se precipiten. “La especie es muy resistente, se puede encontrar en lodos con poco flujo de líquido, prácticamente pueden crecer con una baja calidad del líquido, lo que es una ventaja”, puntualizó el investigador. Incluso, el laboratorio ha logrado conservar hasta por un año la cacerolita de mar bajo estas condiciones de agua.

“Este mantenimiento de larvas no se ha hecho en México ni está documentado en el país”, subrayó el profesional.

Explicó que es importante conservar esta especie porque es un eslabón importante de la cadena trófica. “Como vive en el mar, remueve el sedimento y se alimenta de los invertebrados que encuentra, así como de otros peces y la escala va aumentando hasta los humanos. Si desapareciera, la cadena alimentaria prácticamente se rompería y habría más abundancia de invertebrados y un desequilibrio ecológico”, puntualizó.

Otra de las razones para su conservación es el aspecto de salud, pues la sangre de la cacerolita llamada hemolinfa se utiliza mucho en la industria biomédica. Las jeringas, vacunas y dispositivos médicos tienen que pasar por un control de calidad para determinar que estén libres de bacterias, y la hemolinfa de esta especie tiene un metabolito que sirve para detectar si hay contaminación en los lotes y así evitar que estén libres de patógenos.

Pero también tiene una importancia evolutiva al tener 450 millones de años habitando la Tierra; es un libro abierto para conocer cómo es que el meteorito que impactó en Chicxulub logró la extinción de los dinosaurios y no de la especie marina, conocida también como cangrejo herradura, respuestas que podrían estar en la información de su ADN.

“La cacerolita de mar está presente en costas de los Estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, es una especie muy longeva, existía antes de que los dinosaurios se extinguieran, se puede decir que es un pequeño dinosaurio que vive entre nosotros.

Sin embargo, el animal marino, catalogado en peligro de extinción por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, está más amenazado que nunca por la contaminación de las costas, el cambio de las líneas de costas y su uso como carnada.

El biólogo Alam González precisó que la costa se está fragmentando en Holbox, Río Lagartos y El Cuyo, ya que donde antes había solo un muelle de madera, ahora hay una mayor infraestructura donde atracan barcos con miles de turistas; entonces, las cacerolitas ya no tienen dónde desovar.

“Podemos decir que ya no tienen un hábitat adecuado. Además, los pescadores las utilizan como carnada para el pulpo a pesar de ser ilegal. Es una especie que, de acuerdo con la Semarnat en la NOM 059 en el 2010, ´no debe ser usada para carnada de pulpo ni sacarla de su medio para un fin, más que solo para estudios científicos´”, dijo.

Pero quizá el problema más grave es la contaminación del mar por agrotóxicos. El investigador explicó que se ha encontrado en la Reserva de la Biosfera Ría Lagartos glifosato en cacerolitas de mar, un problema muy grave al estar en peligro de extinción.

“El cangrejo herradura, así como las escamas que habitan en este lugar, deben estar exentas y libres de contaminantes; debería ser un oasis dentro de un mundo contaminado. Se supone que es un área natural protegida, pero estamos encontrando que no es así. Hay bioacumulación de contaminantes en especies que están en peligro de extinción; eso nos lleva a pensar que la tortuga, el cocodrilo y el flamenco también podrían estar contaminados, aunque claro que no se ha hecho un estudio”, puntualizó.

En el Laboratorio de Biotecnología Acuícola y Marina del TecNM campus Tizimín se está realizando un proyecto con la microbiota para tratar que el intestino de la cacerolita pudiera variar por este glifosato. Eso marcaría una pauta importante para frenar su mortalidad, porque se han encontrado sin vida en El Cuyo. “Pero no sabemos que las mató, aunque pudiera ser la temperatura del agua donde en el mes de mayo alcanza los 35 grados”, abundó.

El investigador dijo que sería muy lamentable que en la Península de Yucatán desaparezca una especie emblemática, tal como sucedió con el venado, el faisán y el tapir en la Ciudad de Reyes.

“Si la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza, que es la asociación a nivel internacional que cataloga especies en peligro de extinción, vulnerables o extintas, ve que desaparece la cacerolita de mar de las playas yucatecas, quedaríamos señalados. Es una gran responsabilidad de nosotros como habitantes de esta tierra y estudiantes de la carrera de biología aprovechar estos momentos para tratar de conservarla”, concluyó.

Más adelante, precisó que en el laboratorio también trabajan con el pulpo. El investigador reveló que en sus experiencias con este molusco se está tratando de tener un cultivo demostrativo del tipo maya, el cual es un recurso importantísimo económicamente hablando en Yucatán y Campeche, pero el calentamiento global podría afectar su población o alejarlo de la costa.

En ese sentido, una opción es cultivarlos en el laboratorio.

“Se ha implementado un 70 por ciento de un sistema demostrativo y una vez que esté al 100 por ciento, se invitará a escuelas de la localidad que conozcan que el pulpo se puede cultivar y es una alternativa sustentable ante la sobrepesca, furtivismo y alejamiento del octópodo de la costa por el calentamiento global.

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NM