Los habitantes de Tekax han compartido historias sobre un hombre solitario que vivió en una gruta en el municipio a mediados del siglo XX.
Según relatan, esta persona evitaba el contacto social y detestaba el ruido, lo que lo llevó a refugiarse en la tranquilidad de las grutas.
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Aunque muchos pensaban que el ermitaño podría haber tenido problemas de salud mental, quienes lo conocieron también lo describen como alguien sabio, poseedor de vastos conocimientos.
El ambiente de paz y quietud que se percibe en las grutas de Tekax, con su atmósfera casi mística, podría haber proporcionado al ermitaño el entorno perfecto para la meditación y la introspección.
Esta leyenda sería confirmada a partir del hallazgo de una gruta que habría servido como hogar del ermitaño, quien vivió aislado del mundo exterior en las profundidades de la tierra.
Los expertos señalan que este tipo de hallazgos demuestran cómo las personas pueden adaptarse a las condiciones extremas del subsuelo, creando un espacio de vida en lugares que muchos considerarían inhabitables.
Las autoridades recordaron que Tekax cuenta con una vasta riqueza subterránea, con impresionantes formaciones calcáreas, pinturas prehispánicas, petroglifos y biodiversidad endémica.
En la expedición liderada por el director del Departamento de Turismo, Julio César Sosa Varguez, el equipo de exploradores se topó con una caverna que evidenciaba claras señales de haber sido habitada de manera permanente.
La ubicación de la cueva se mantiene en secreto para evitar el saqueo y el vandalismo, problemas que han afectado a otras grutas.