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El destino del cuerpo de Iker, el niño chiapaneco atropellado en Mérida aún es incierto, pues hasta el momento no ha sido reclamado por sus familiares por lo que podría ser llevado a la llamada fosa común de la morgue.
El pequeño trabajaba de malabarista en una esquina sobre a avenida Líbano, en la ciudad capital. Y nunca se imaginó que perdería la vida en ese mismo punto.
Según testigos, todos los días los llevaba un taxi, con ellos se encontraba una persona adulta. "Los dejaba y se volvía a subir al vehículo, después los pasaba a buscar hasta horas de la noche”.
Lo anterior, no sólo destapó el trabajo infantil al que son objetos quienes se encuentran en la calle, sino la explotación y trata. De ahí, de qué autoridades protagonizaron varios operativos.
A poco más de 15 días de aquel fatal accidente, el cuerpo de Iker no ha sido reclamado por sus familiares y sólo son ellos quienes pueden sacarlo de la morgue de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Una acta de nacimiento filtrada del menor señala que es originario de Palenque, y su madre fue identificada como Laura, donde hasta el momento permanece sin ser localizada.
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JG
