Vecinos piden al INAH rescatar la capilla de San Idelfonso de Izamal

La antigua capilla de San Idelfonso ubicada en la plaza principal del antiguo barrio del Zorro, o también llamado antiguamente Pomolché, está deteriorada. Las paredes presentan humedad, además de estar rodeada de maleza y a la orilla de un camino principal, que la deja asfixiada en medio de la moderna cancha de usos múltiples y un parque de poco gusto que no hace armonía con la plaza.

La capilla está en función religiosa y es administrada por la Orden Franciscana, la cual se encuentra limitada en las acciones de intervención de esta, ya que aunque han realizado severas intervenciones contemporáneas, sigue siendo un edificio enteramente de la época colonial y la intervención moderna no profesional resulta inoportuna e imprudente. 

Uno de los vecinos de nombre Marcos Baas comentó al respecto: “Yo vivo por este rumbo desde hace unos años, mi esposa es de por aquí, la capilla, la verdad casi nunca recibe un tratamiento adecuado de mantenimiento, sólo ocasionalmente la pintan del mismo color amarillo y blanco como está toda la ciudad, pero veo que las paredes están muy manchadas por la humedad ocasionada por las lluvias de la temporada pasada, y ahora con las sequías se ve descascararse el revoco. Ojalá que las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) o de alguna institución pública al cuidado de la ciudad tome cartas en el asunto”.

La capilla está dedicada a San Idelfonso de Toledo, el santo titular de la Catedral en la ciudad de Mérida.

Cabe recordar que el actual barrio de Izamal, durante el siglo  XVI fue un pueblo de indios y encomienda de españoles, por ello,  el Pueblo Mágico es el único municipio en el interior del Estado que tiene como titular al santo mencionado.

Es de destacar que al interior de la iglesia se encuentra la imagen del patrono, la cual es una pieza de arte sacro tallada en madera, también hay algunas bancas y cruces antiguas. El edificio tiene una vida religiosa constante y diversas actividades en diferentes días de la semana.

Sobre los cuidados de la capilla una de las creyentes, María Pool Chan comentó: “Esta capillita es muy importante y muy querida por los que vivimos por este rumbo, pero debemos destacar que las autoridades no le hacen justicia ni le prestan atención, por ejemplo, recuerdo que hace poco tiempo unos ladrones robaron la campana, los ladrones subieron hasta el techo por la noche y se llevaron una de las dos campanas que existen. Nunca se supo quién lo hizo, eso muestra la nula importancia que tiene este edificio que da identidad a los barrios de la ciudad”.

La capilla tiene su frontispicio mirando hacia el Sur y fue primitivamente un presbiterio de piedra y crucero con nave de paja de huano por dos años, según aparece en el catálogo de construcciones religiosas de Yucatán publicado en 1940.

Con el correr del tiempo y por estar a la vereda del camino que conduce hacia el vecino pueblo de Tekal de Venegas y camino que lleva a la costa, la nave se retiró del lugar quedando solamente una pequeña capilla, que al parecer su techo de rollizos fue retirado en la década de los años 90 del siglo pasado para dar paso a un techo de vigas y bovedillas. Tiene una especial espadaña al frente de un puerto y una cruz de piedra, también golpeada por el tiempo, en la parte superior del edificio.

Del lado Poniente se ubica un anexo, que a veces se utiliza como una pequeña sacristía, en la cual se guardan algunas de las cosas y ornamentos que se utilizan en las celebraciones religiosas.

El deterioro de la capilla se observa en sus muros, en el que mira hacia el Oriente hay una toma de agua potable con fuga que todo el tiempo mantiene con humedad esta parte de la capilla y hace crecer la hierba y raíces.

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CC