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Yucatán, tierra de cenotes, lugar de misterios escondidos, pero también, un sitio que alberga personajes que te sorprenderán. Como es el caso del apodado 'Chapo yucateco', el hombre de Oxkutzcab que logró 'burlar' la seguridad del Cereso de Mérida en dos ocasiones.
Esto es lo que sorprende a primer nivel, pero se pone aún mejor cuando se conoce la razón por la que terminó en prisión en primera instancia. Y es que César Miguel del Sagrado Corazón de Jesús Rodríguez Lara, o también como fue conocido 'El cajuelas' o el 'Encajuelado' en 1998; posee una interesante historia.
César Miguel fue apodado de esta forma debido a que en el año 1998 fue hallado 'su cuerpo' en el interior de un automóvil Vailant Volare tipo K. El cadáver se encontraba putrefacto e irreconocible, y al estar en el auto que pertenecía a César Miguel y portar su ropa, se le fue atribuido. Además, su exesposa declaró que llevaba desaparecido varios días.
Dos semanas después, se le dio carpetazo a la investigación, pese a que sí se sospechaba que el ahora occiso era Rodríguez Lara porque no concordaba el tipo de sangre. Pero, todo siguió y la afortunada 'viuda' cobró más de un millón de pesos del seguro de vida. Ya que, tanto ella como su hija, eran las beneficiarias.
A las dos semanas, resucitó. Quince días después, el mismísimo Rodríguez Lara fue hallado en el sur del Estado junto a su amante, una bailarina de nombre 'Jennifer'. Por lo que se comprobó que fingió su muerte para cobrar el millonario seguro a través del inteligente plan.
El cuerpo 'encajuelado' pertenecía a un hombre que halló en Francisco de Montejo, el cual trabajaba como 'desyerbador', José Luis Cauich Jiménez. César notó que poseían características similares, por lo que lo abordó ofreciéndole trabajo en Progreso, para después efectuar el macabro acto de asesinarlo.
César Rodríguez Lara quemó y desfiguró a José Luis Cauich Jiménez con un tubo de aluminio de 60 cms, además de que le borró por completo las huellas dactilares. Así, privándole de la vida, lo metió al automóvil y lo dejó en una calle solitaria, cercana a la estación del ADO en Mérida.
Después de que sus infames actos quedaron al descubierto, Rodríguez Lara fue detenido y trasladado al Cereso de Mérida. Sin embargo, logró huir dos veces del mismo.
Primero, logró salir escondiéndose en un camión de basura y consiguió llegar a Tabasco. Estado en el que pocos días después fue detenido y regresado al penal en Yucatán.
Después, vestido de enfermero, se dispuso a salir por la vía aérea a la CDMX, ya que contaba con un boleto de avión que le consiguió uno de sus hijos. Pero afortunadamente, fue interceptado de camino al aeropuerto. Sin duda, uno de los criminales más peligrosos e inteligentes del Yucatán.
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CC
