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La prueba contundente de que Renán Barrera no escucha a la ciudadanía en los proyectos que la afectan, como el complejo habitacional-comercial Aantik la revela Leydi Cocom Valencia, de la comisaria de Santa Gertrudis Copó, en donde se ubica la megaobra: desde 2020 sometió al Instituto Municipal de Planeación (Implan) una solicitud para proteger a la población como pueblo originario y, tres años después, ni siquiera ha llegado al Cabildo.
“Estamos catalogado como pueblo originario”, recordó al explicar que su comunidad abarca de la calle 12 a la 22. “Metimos la solicitud en 2020 en el Implan (Instituto Municipal de Planeación) y pasó por asociaciones civiles para revisión y observaciones. Y debía llegar a Cabildo, pero estamos en 2023 y nada”, señaló.
La única “respuesta” de la Comuna, hasta hace unos días encabezada por Renán Barrera, han sido decenas de permisos para edificaciones, sin consultar a los pobladores. “Es construcción tras construcción sin medir las consecuencias. Lo estamos sufriendo cada vez más”, lamentó Cocom Valencia, quien lo tiene muy clara la exigencia para todos en tiempos electorales será la misma: certeza de su territorio.
“La verdad sí estoy asustada con ese triángulo dorado, como le llaman porque hay (en planes) construcciones de 15 niveles, eso es muy avasallador”, expuso.
Al respecto, Eduardo Monsreal Toraya, integrante del Observatorio de Movilidad Sostenible de Mérida, advierte que, si bien la “verticalidad” de la vivienda es congruente con los principios de desarrollos sostenible de densidad, se habla de hasta 20 pisos cuando, deben ser de cinco niveles a lo mucho, dependiendo de la zona”.
Como POR ESTO! informó, en días pasados se anunció el proyecto Aantik, sobre la calle 24 de Santa Gertrudis, lo que vendrá a empeorar los problemas de tráfico y prestación de servicios tanto en esa comisaría como en la vecina Temozón Norte.
El complejo se ubicará justo al lado de una torre ya en construcción (Zaguán), a solo 350 metros de una residencial (Cocoyoles), y a 550 metros de un proyecto (Aqua) con departamentos de lujo, hotel, locales y otras amenidades, todos sobre la calle 24.
Por ello, vecinos salieron a manifestarse con pancartas con mensajes como “Renán Barrera: ¡Deja a las familias de esta zona con un caos vial!”. También colgaron mantas con consignas en los muros y techos de las casas, con las que colindará el mencionado complejo. “Aantik no es un desarrollo consciente”, “Estas vialidades ya están saturadas. No más vivienda vertical” y “Vecinos unidos demandamos soluciones antes que construcciones”.
“Nuestra forma de vida es diferente”, afirmó Leidy Cocom sobre el choque social con los habitantes originarios y personas que se mudaron a Santa Gertrudis Copó, creyendo en la publicidad de que ‘es el corazón del Norte de la ciudad’”.
Sin embargo, el panorama actual es tan desconcertante que “lo vamos a vivir todos”. De hecho, ya lo están resintiendo. “Se dan cuenta que nada es como se los vendieron, porque no tienen garantías de servicios de agua, alumbrado público y buenas vialidades”, apuntó.
“No tenemos una buena infraestructura vial, no hay señaléticas”, afirmó. “Solo para ir de un lugar a otro dentro de la misma comisaría, me tardé 20 minutos en hora pico, porque tenía que llevar en auto a mi mamá, que les cuesta caminar. Si hubiese sido solo yo, ese tramo lo recorría caminando en tres minutos”, detalló.
“A ellos les toma entre 30 y 40 minutos atravesar el periférico”, indicó sobre quienes viven más al fondo. El triángulo dorado está conformado por Temozón Norte, Santa Gertrudis Copó y Cholul, comisarías saturadas de desarrollos.
Eduardo Monsreal Toraya, integrante del Observatorio de Movilidad Sostenible de Mérida, indicó que son diversas aristas que se deben tomar en cuenta en el mercado de la vivienda. “Lo que se promueve son desarrollos verticales y es algo congruente con los principios de desarrollos sostenible de densidad, pero cuando se habla de torres, se piensa en algo de 20 pisos.
“Cuando mencionamos densidades o vivienda multifamiliares para Mérida, deben ser de cinco niveles a lo mucho, dependiendo de la zona”, aseveró. Sin embargo, actualmente no se encuentran en “precios adquiribles” porque apuntan a un mercado de alto poder adquisitivo. “No se ofrecen departamentos con otras características”.
Instó a aprovechar terrenos o propiedades dentro de la ciudad. “Si hay la posibilidad de reutilizar el suelo y aumentar los niveles de densidad con criterios como promover el transporte público masivo, para que la gente no sea dependiente del automóvil”. Consideró que “se están tomando medidas reaccionarias, cuando se deben tomar en cuenta muchos factores”. “El problema es que se dan las cosas de manera atomizada”.
“En el entramado urbano, se deberían ver el conjunto de obras, pues es un tema planeación”, opinó. En cuanto al predial, comentó que no puedes cobrar lo mismo a todos los habitantes de la zona, sino aplicar algún tipo de tarifa social para viviendas que llevan mucho tiempo.
“¿Cuáles son sus planes de gobierno? Dependerá mucho de la ciudadanía que haya un nuevo orden en materia catastral y de desarrollo”, puntualizó.
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LV
