Roxana Gamboa, única mujer pescadora en Chabihau, se aferra a la captura del pulpo

A pesar de la crisis que se presenta en la temporada de la fiebre del pulpo, Roxana Gamboa, la única mujer pescadora de este puerto, se rehúsa a dejar esta actividad pese a estar trayendo pocas cantidades de molusco en sus salidas que realiza casi todos los días. La mujer precisó que a pesar de ser poco rentable la pesca y que su valor esté por los suelos, su vida en altamar sigue realizándose mientras el tiempo lo permita. 

La mujer señaló que a pesar de estar saliendo a las 4:00 horas y retornando a tierra a las 15:00 horas, con un promedio de 15 kilos de molusco, la actividad solamente le deja para cubrir los gastos de inversión que realiza: “La temporada está muy baja, no hay pulpo, para que mentir. Además de que su precio es bajo. Solamente estamos sacando 200 pesos de ganancia las veces que salimos”.

Señaló que utiliza 10 litros de combustible para alejarse hasta las 11 brazas, a lo que se suma alimentos y el equipo, lo que hace un gasto de 500 pesos.  Uno de los golpes que tuvo la semana pasada fue que el precio de la carnada se elevó de 110 a los 130 pesos, monto que ha comenzado a afectar la recta final de esta actividad marina.

“Solo de carnada son 260 pesos que estoy llevando, ya se disparó demasiado su valor, aun así, estoy saliendo a ganarme el pan de cada día y no quedarme en casa”.

Roxana alegó que por lo regular las compañías pesqueras han estado pagando en 70 pesos el producto a las personas que de forma particular salen a esta actividad, de lo contrario sería menos estando asociados con ellos: “Dicen que subió de 2 a 3 pesos el pulpo, por eso se disparó la carnada, pero ni por más, está muy escaso y muy barato su precio comparado con otras temporadas”.

Cuando la situación económica aprieta por la poca cantidad de producto obtenido en días pasados, la pescadora comentó que opta por quedarse en la orilla para ver si sale algún pulpo, pero se concentra más en la pesca de escama, específicamente del róbalo: “Cuando nos quedamos en la orilla no pescamos gran cosa, salimos con el día nada más, pero cuando nos alejamos sale un poco de ganancia, pero ni por más, es poco”.

Antes de que los malos tiempos ingresen fuertemente y paralicen esta actividad por varios días, Roxana Gamboa dijo que seguirá saliendo a pesar de que sea poca la cantidad de producto que adquiera, ya que lo va resguardando para poder comercializarlo dentro del puerto y ganarle unos cuantos pesos de más de lo que suele pagar una compañía.

Hasta ahora, son al menos 100 pescadores que salen del puerto de abrigo y unos cuantos cerca del puente, en donde se coloca otro grupo de ribereños dentro de esta comisaría. La mujer aseguró que, en dado caso que la Luna permita realizar la pesca nocturna, dejará a un lado momentáneamente el molusco e irá a las rías de poca profundidad a sacar róbalos, escama que por años se ha dedicado a capturar con su esposo.

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NM