Biólogo culpa a guías de turistas por la disminución de flamencos en Río Lagartos

El experto señaló que el acercamiento de los viajes ofrecidos a turistas en la zona de anidación de flamencos ha provocado que huyan a sitios lejanos y más tranquilos
miércoles, 20 de julio de 2022 · 09:48

Mientras que la población de flamencos que viene a anidar a las playas yucatecas crece exitosamente en la Reserva de la Biosfera de Ría Celestún y en la costa del centro del Estado, como San Crisanto; en Río Lagartos y puertos aledaños se ha registrado una drástica disminución.

Incluso, en lo que va del mes los especialistas solo han observado la presencia de entre mil y dos mil ejemplares adultos, cuando hace un año en esta misma temporada su población ascendía a 30 mil ejemplares para ejercer su reproducción, de abril a agosto, en la Reserva de la Biosfera de Ría Lagartos.

Como informó POR ESTO!, en un hecho poco común, más de 20 mil flamencos americanos eligieron la Reserva Estatal Ciénegas y Manglares en el puerto de San Crisanto para su reproducción; mientras que en una zona de difícil acceso de Celestún se registró el nacimiento de unos dos mil polluelos.

Sin embargo, la situación parece variar en Ría Lagartos, donde los especialistas hablan de un foco rojo en la anidación de estas elegantes aves.

El biólogo José Cruz Hoil Rajón, colaborador voluntario de la CONANP, del grupo MOALCU, de la Secretaría de Desarrollo Sustentable y auxiliar del área ambiental y turístico del municipio de Rio Lagartos, reveló que diversos factores han influido para que se minimice el número de flamencos que actualmente se encuentran en la zona de Río Lagartos, San Felipe, El Cuyo y Las Coloradas.

Señaló que uno de los más determinantes ha sido la irresponsabilidad de guías al generar el acercamiento a las especies perturbando su ecosistema con los turistas, pues al no respetar su espacio se sienten amenazados y optan por volar hacia otros sitios más tranquilos donde puedan proteger sus nidos.

Además de que han crecido las poblaciones de perros salvajes y felinos rondando en la reserva, que atacan y ahuyentan a los flamencos, por lo que han dado un giro y cambio en su reproducción optando por hacerlo en otros sitios.

Externó que otro factor es la caza y tráfico de estas especies a cargo de furtivos que eludiendo los cuerpos de seguridad y de vigilancia ingresan a sus hábitats; también está el factor de la contaminación, cambio de clima y las mareas.

Expuso que para el 2021, a lo largo del año su población ascendió a 77 mil ejemplares en la Reserva de la Biosfera de Ría Lagartos para alimentarse o para llevar comida a sus polluelos, gracias a la ausencia de turistas y de gente cerca de sus ecosistemas, lo que les permitía con tranquilidad ejercer su reproducción, captándose entre 10 mil a 15 mil nidos con un huevo cada uno y muy rara vez con dos.

Por todo lo anterior, enfatizó que la situación es preocupante, pues actualmente su escasa población da muestra de que dichos factores están mermando su presencia que es el atractivo de esta región, por lo que exhorta a que tanto guías como visitantes a que respeten y no perturben sus hábitats, no acercándose a menos de 500 metros, observándolos con binoculares.

También invitó a que si los habitantes observan algo raro o gente extraña invadiendo el área de los flamencos, denuncien a los guardaparques de manera anónima, porque el miedo da pauta a que sigan las acciones de los cazadores o traficantes furtivos, para ello externó que pueden acudir a la base que se ubica en el entronque de Río Lagartos, Coloradas y San Felipe.

Puntualizó que la ausencia de numerosos flamencos son las repercusiones de los factores antes mencionados y por ello debemos contribuir a preservar esta especie, pues en el ámbito turístico ellos son el atractivo, además de que sus secreciones y forma de caminar coadyuvan a la depuración microbiana de la materia orgánica en la cuestión de humedales salinos, mejorando la calidad de agua y reduciendo la carga de hidrógenos y son un pilar importante en la cadena alimenticia, por lo que su ausencia podría generar un desequilibrio ecológico e influir en la merma de la derrama económica que tanto requieren los habitantes de este litoral oriente.

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CC