Santa Gertrudis, el paraíso que se pierde en la ciudad de Mérida

Santa Gertrudis Copó es una comisaría con un pueblo maya que se resiste a desaparecer ante la inminente depredación de los desarrollos inmobiliarios
domingo, 29 de mayo de 2022 · 18:06

Por un lado, la gran urbanización con multifamiliares que sobre pasan los millones de pesos y autos de lujo en las cocheras, y por otro, casas con albarrada con vegetación a sus alrededores. Un contraste que, con palabras de Leydi Cocom, “realmente asusta”.

El día de ayer, informamos que un grupo de habitantes de esta localidad, perteneciente al municipio de Mérida, se manifestó por la falta de abastecimiento de agua potable. ¿Motivo? La extracción del líquido por parte de los fraccionamientos y privadas que han tomado como fuente el sistema de agua potable de la comisaría.

Sin embargo, este fue solo uno de los tantos problemas que hoy aqueja a esta población.

Santa Gertrudis Copó es vendido por los desarrolladores inmobiliarios como “el corazón del norte de la capital, un lugar que aún conserva tradiciones y el estilo de vida de la Mérida antigua, donde disfrutarás de la tranquilidad de tardes con paisajes urbanos propios de un pequeño pueblo”, o al menos así lo vende una de las más de 20 proyectos urbanos que han acaparado a la comunidad.

Pero para los pobladores ese paraíso, anualmente va dejando de existir.

“Ya estamos encapsulados por toda esta urbanización y sentimos que estamos a punto de desaparecer. No es posible que en la zona haya este contraste tan grande con mega construcciones alrededor y por otra parte nuestra comisaría la que cada vez le faltan más servicios”, dijo Leydi Cocom, comisaria de Santa Gertrudis.

La instalación de los desarrollos ya no solo es un impacto ambiental o en su infraestructura, ya que ha trascendido hasta su cultura y cosmovisión.

“Estamos asustados porque no sabemos qué es lo que sigue, vemos que poco a poco nos comenzamos a extinguir, un pueblo que se empieza a desintegrar por toda la situación que se está viviendo es un pueblo que tiende a desaparecer, pero estamos en resistencia, Santa Gertrudis no quiere perder sus usos y costumbres”, señaló.

A pesar de que la comunidad es vendida como un espacio que aún preserva sus tradiciones, como pueblo han llegado a ser denunciados ante el municipio por los habitantes de los desarrollos por “hacer mucho ruido” durante sus fiestas patronales.

“En el 2018 cuando se hizo un baile, las privadas de Monte Alban hicieron una denuncia al ayuntamiento de Mérida que por el ruido, y perdón, pero son nuestras tradiciones, esto ha pasado a otros temas donde también afecta nuestra cultura como pueblo”, reclamó Leydi.

Según un dictamen antropológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), esta comisaría está en la categoría de pueblo originario, el cual cuenta ante el Estado con recursos específicos para grupos vulnerables, dinero que nunca han visto para mejoras de su comunidad.

“Aquí ya nos están empezando a llamar colonia, pero el ayuntamiento nos mal llama comisarias cuando nuestros nombres son en Maya. Pero eso sí, usan dinero del ramo 33 para zonas vulnerables para justificar el recurso llamándolas comisarías, el cual ahora lo vemos en calles que beneficien a los fraccionamientos, pero nada a nosotros”, lamentó Leydi.

Para los pobladores las calles ya no son las mismas, transitar por cualquier rumbo es enfrentarse a las embestidas de automóviles y camiones de carga o máquinas de construcción, en un sitio donde antes era más común ver el pasar de trabajadores en bicicleta o mujeres y hombres pasar a pie.

“Ver multifamiliares realmente asusta, antes veías un vehículo como mínimo, ahora ves a 20 vehículos que van a fluir por tu calle y eso se vuelve inseguro para el niño que va a la escuela caminado, al que va en su bicicleta o la mama que va a hacer sus compras”.

Esto sin contar al resto de fraccionamientos más al norte, que han visto a Santa Gertrudis como ruta de escape al embotellamiento del tráfico. “En la calle 16 donde todos los que vienen de la Isla, al atorarse en la rotonda ven a Santa Gertrudis como desahogo, hemos pedido una solitud de esquema vial a la SSP desde el 2019, pero hasta ahora no tenemos dictamen”.  

Incluso, en palabras del señor José Cab Pech, la imagen de pueblo maya se ha disuelto con el pasar de los años. “Éramos una comunidad donde había personas que vestían huipil, los niños hablaban maya, prácticamente se está perdiendo todo eso y queremos recuperarlo, recuperar esa cultura y lengua que nos caracteriza.

Ahora, el pueblo de Santa Gertrudis se ha organizado para hacer frente el desarrollo acaparador. La comisaría solicitó al Instituto Municipal de Planeación de Mérida un polígono de actuación donde se preserve la zona originaria de Santa Gertrudis sin la intromisión de proyectos inmobiliarios.

“El paseo es un andador desde el campo deportivo hasta las calles 7b entrada 16 y toda el área descampada como un parque ecológico, donde no haya construcciones por arriba de los tres niveles y no se destruya nuestro patrimonio como pueblo”, señaló don José.

El impuesto predial en aumento y el desabasto constante del agua son solo consecuencias, que, a voz de los pobladores, se han generado por el avance del desarrollo a costa de los pueblos originarios, por lo que aseveraron, seguirán en pie de lucha para que se reconozca su libre determinación y autonomía.

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ASC