Boicot contra Kekén: Vecinos de Sitilpech amenazan con irrumpir eventos donde asista la empresa

Firmes a su lucha para defender el agua de la contaminación que causan las granjas porcícolas de Kekén, pobladores de Sitilpech aseguran que seguirán en la lucha
domingo, 29 de mayo de 2022 · 09:13

Al estilo Greenpeace, La Esperanza de Sitilpech advirtió de que acudirá a los eventos organizados o patrocinados por Kekén para desenmascarar los engaños y farsas de esa empresa contaminante del medio ambiente, tal como sucedió este viernes en el Foro Ambiental 2022, en el Siglo XXI, donde autoridades estatales, municipales y empresarios, salieron huyendo del lugar porque se negaron a escuchar la voz del pueblo.

Mario, Herbé e Israel, integrantes de este movimiento de resistencia de Sitilpech, comisaría de Izamal, dijeron que el engaño que detectaron esta semana es que PAPO, filial de Kekén, sigue utilizando agua de los pozos que les fueron cancelados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y armó una farsa para llevar supuestas pipas de agua para la limpieza de los 49 mil cerdos que cría en esa mega granja. La contaminación del agua sigue imparable.

POR ESTO! publicó ayer la protesta de pobladores de Sitilpech y Homún contra las granjas de Kekén en el salón Dzibichaltún del Centro de Convenciones Siglo XXI, en repudio a esta empresa, patrocinadora de un foro ambiental, que al grito de ¡Cobardes, están matando al pueblo!, funcionarios como Renán Barrera Concha, la secretaria de Desarrollo Sustentable, Sayda Rodríguez, y un ejecutivo de Kekén, Miguel Carbajal Rodríguez, salieron huyendo del lugar para refugiarse en otro salón. Hartos por los problemas que generan las megagranjas protestaron en la Expo Foro ambiental 2022.

Martín Zetina

Al visitar ayer Sitilpech, los pobladores comentaron que empleados de la empresa PAPO están “paleando” las heces fecales de los cerdos, tirándolos directamente al suelo, causando la peor contaminación del manto freático y por si fuera poco, desde hace una semana, contrató a dos jóvenes vestidos de civil, sin identificación, que a bordo de una motocicleta realizan recorridos en las inmediaciones del terreno que ocupa esa industria, intimidando a la población y a los campesinos. Aparentemente, no tienen armas, sólo macanas prendidas al cinto, tal como constató POR ESTO! en su recorrido por la comunidad.

Sienten temor

Mario, Herbé e Israel, cuyos apellidos evitaron proporcionar por temor a represalias, dijeron que es inconcebible que con unas cuantas pipas que han visto pasar por el pueblo puedan satisfacer las necesidades de 49 mil cerdos que se crían y engordan en ese lugar, cuando se sabe que por cada kilo de carne se consumen 6,000 litros de agua y 3.5 kilogramos de granos, lo que confirma aún más la sospecha de que continúan sacando agua de los pozos de Conagua, que sería una violación a la sanción impuesta por el Gobierno federal, en medio de un proceso de amparo ante un juzgado.

POR ESTO! verificó que sólo una pipa de agua estaba estacionada detrás de la reja principal de acceso, aparentemente cumpliendo con las indicaciones de Conagua y constató también que han modificado el “laberinto” de tubería de PVC instalado en terrenos aledaños a la granja, que hasta hace una semana, por medio de aspersores, lanzaban el agua extraída de las lagunas de tratamiento que Conagua al realizar examen químico determinó que rebasan los límites permitidos por las Normas Oficiales de coliformes, grasa y aceites.

Martín Zetina

El pueblo, organizado a través de La Esperanza de Sitilpech, se ha encargado de vigilar la operación de la granja y exhibió fotografías captadas en celulares que en la noche y parte de la madrugada —el calor les causa fatiga y los expone a la muerte— salen camiones cargados de cerdos, los que probablemente han cumplido con su ciclo de crianza.

Pero lo que más molesta y tiene indignada a la comunidad es que hay más cerdos en la granja, 49 mil, que todos los habitantes de la comisaría, 3 mil 500 pobladores, lo que está generando contaminación masiva del agua, que por las condiciones kársticas del suelo yucateco se filtra directamente a los mantos acuíferos y está llegando a sus hogares.

Por ejemplo, en la casa del señor Virgilio Chi Pech, de 74 años de edad, una de las primeras viviendas ubicadas a casi un kilómetro de distancia de la granja de Kekén, el agua de pozo está contaminada. Chi Pech aseguró que los cinco árboles de limón que tiene en el patio de su hogar empezaron a cambiar de color, tanto en el fruto como en las hojas, algo raro que inició desde hace dos años a partir de la utilización del agua de pozo para regar sus plantas.

Además, él y su esposa, Francisca Chin, fueron los primeros en reportar una extraña enfermedad de la piel que genera escozor y ronchas, por bañarse a diario con agua de pozo. Actualmente, su nuera Aracely Chunab Chi, quien vive en la misma casa y se baña con agua de pozo también tiene la misma enfermedad en la piel. El médico que la revisó recientemente en Izamal le recetó cremas para hongos y le recomendó alejarse de los cerdos, perros y gatos.  Ella no tiene cerdos y el perro fue regalado a los vecinos, lo que incluso motivó el llanto de sus hijas.

Martín Zetina

Lleva tres meses sin que la enfermedad ceda. Su esposo, René Chi Chin, levantó con cuidado las piernas de Aracely para mostrar las manchas negras —parecidas a las que tienen los frutos y hojas de los cítricos— que tiene en las pantorrillas y muslos. Mostró varias recetas de médicos particulares (no cuenta con Seguro Social) que ha visitado, en la que por cada tratamiento ha “gastado” de 600 a 700 pesos. La familia tiene cuatro hijos, uno de 17, otro de 14, 9 y 4 años.

En la parcela del señor Luis, ubicada casi enfrente de la granja de PAPO (500 metros), el agua que extrae del pozo es de color verde y tiene mal olor. Utiliza una bomba manual para sacar el agua y debido a la contaminación dejó de sembrar hortalizas como calabaza, pepino y otros productos.

Por estos problemas que ya se perciben en la comunidad causada por la contaminación del agua por la presencia de la mega granja PAPO, es que los habitantes se organizaron con el nombre de La Esperanza de Sitilpech para defender sus derechos a una vida saludable y a mejores condiciones de salud.

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JG