Familiares del hombre al que le robaron las córneas en Mérida dejan en manos de la FGE la denuncia

En la tumba identificada como E-104-15, del Cementerio de Xoclán, yace el cuerpo de Wilberth Alberto Borges Pech, a quien sin seguir el protocolo le retiraron sus córneas en el Hospital Agustín O'Horán de Mérida.

La señora María Candelaria Borges y su esposo, Enrique Miranda Ochoa, y el hijo de ambos, Enrique Miranda Borges, empezaron a reincorporarse a su vida normal, luego de que este lunes, a las 17:00 horas, enterraron a don Wilberth, por la vía de inhumación rápida. La familia ya dejó en manos de la Fiscalía General del Estado (FGE) las investigaciones que promovió el sábado, la No. G8/2795/22, y confía en que se haga justicia.

POR ESTO! buscó nuevamente a los deudos para que dieran su opinión acerca del comunicado oficial del Centro Estatal de Trasplantes del Estado de Yucatán (CEETRY), que ayer informó que había hecho un acuerdo verbal con la familia del finado para disponer de las córneas, pero que no se han asentado en un documento, como marca el protocolo. Sin embargo, ningún integrante de la familia quiso hablar.

Por ende, tampoco se obtuvo la versión de cómo pensaban tratar el tema de las córneas que, según el CEETRY, se encuentran “en resguardo”. Ayer la mayoría de ellos “ya se habían ido a trabajar”, según confirmó la esposa de Enrique Miranda Borges.

Por su parte, la Comisión Estatal de Derechos Humanos fijó 10 días naturales a la Fiscalía Estatal para que rinda un informe y que incluya la necropsia del señor Wilberth y a la Secretaría de Salud, por medio del Hospital Agustín O´Horán, cinco días naturales, por tratarse de un asunto delicado.

POR ESTO! publicó ayer que el Comité de Trasplantes y la Secretaría de Salud informaron de la suspensión de su cargo al representante del Centro Estatal de Trasplantes de Yucatán (CEETRY), Jorge Martínez Ulloa Torres, por no seguir los protocolos al retirar las córneas al señor Borges Pech, de 63 años de edad, ya que sólo acordó verbalmente la donación, pero nunca se formalizó de manera escrita.

De acuerdo con un boletín, el representante de esta institución sostiene que pactó verbalmente con los familiares del paciente la donación de sus córneas, pero no se formalizó de manera escrita, como marca el protocolo. Las córneas están en resguardo.

Sin embargo, desde el primer día del caso, la señora Candelaria Borges aseguró que ella nunca acordó ni firmó nada y que sólo se enteró de que su hermano fallecido no tenía córneas cuando personal del cementerio Xoclán, donde lo preparaban para el entierro, le dieron aviso de que “algo raro” tenían los ojos de su familiar. Ella acudió al lugar y, al darse cuenta de la “anomalía”, promovió la denuncia ante la Fiscalía.

Sobre la tumba E-104-15 aún se puede observar tres modestos ramos de flores que por el Sol empezaron a marchitarse. Empleados del cementerio comentaron que fue un entierro rápido, casi rayando las 17:00 horas, y que ellos sabían que se trataba del señor al que le habían quitado las córneas.  Uno de ellos comentó: “¡Qué mal! Pobre señor, su familia debe estar sufriendo mucho. ¿Y a cuánta gente le han hecho algo parecido sin darse cuenta?”. Los empleados del cementerio se enteraron del caso desde el sábado, tal como había narrado la señora María Candelaria.

La tumba, donde reposa don Wilberth, es compartida por familiares suyos. Ahí depositaron los restos de Carlos Manuel Borges Pech, fallecido el 24 de noviembre del 1993, el de María Apolinar Pech Dzib, fallecido el cuatro de agosto del 2005 y el de Ramsés Aarón Moo Borges, el 28 de julio del 2017.

Sobre la lápida hay un osario custodiado por un angelito, con el pie derecho levantado, listo para partir. Además, se observan huellas de manos, tres pequeñas y dos de personas mayores, con las palabras “Papá…Mamá”.

En Yucatán, el Centro Estatal de Transplantes es el responsable de los trámites de donación de córneas, organismo que debió de cumplir con todos los protocolos, pero que según admitió, no se apegó a los protocolos.

La Ley General de Salud es la norma que regula la donación y el trasplante de órganos en el país, señala expresamente que comerciar con ellos está prohibido. Incurrir en este delito implica una pena de seis a 17 años de prisión, así como una multa de 560 mil a un millón 200 mil pesos.

La Organización Mundial de la Salud tiene ejes rectores respecto a trasplante de células, tejidos y órganos: el principio cinco señala que la donación debe ser “a título exclusivamente gratuito, sin ningún pago monetario u otra recompensa de valor monetario”. Toda compra u oferta con fines de trasplante queda prohibida.

El principio seis indica que se puede promover la donación “altruista”. Esto debe excluir el ofrecimiento de algún beneficio económico para el donante y la actividad de intermediarios.

Sin embargo, en México, según diversas páginas de Internet, como el Informe del Servicio Privado de Información (Sprin), la venta clandestina de órganos es una realidad en América Latina.  En este informe se menciona que cuando se trata de órganos que se exportan a Europa, una córnea pueda costar en el mercado negro 87 mil euros. Generalmente este tipo de comercio está relacionado con factores de pobreza de las personas que deciden vender o que bien, desde sitios clandestinos se extirpan los órganos como parte de una cadena criminal.

En México, los precios varían de acuerdo con la calidad del órgano. Un hígado en buenas condiciones puede costar 150 mil dólares, un pulmón 150 mil, un páncreas de 98 mil a 130 mil, una córnea 30 mil (600 mil pesos, aproximadamente), un corazón de 130 mil a 160 mil dólares y un riñón 62 mil.

Otra fuente informativa de Internet menciona que un hígado puede llegar a costa 150 mil, un páncreas 120 mil dólares, un riñón 120 mil y una córnea 45 mil dólares (900 mil pesos aproximadamente).

En Yucatán, el 19 de abril del 2011 fue creada la Ley para la Donación y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células en el Estado.

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CC