Iberdrola ignoró a ciudadanos de Kanasín; nunca consultó sobre la construcción de una termoeléctrica

“Vimos la noticia la semana pasada y no sabíamos nada", expuso el propio comisario municipal de San Antonio Tehuitz, Alberto Koh, donde se asentaría la termoeléctrica de Iberdrola
viernes, 20 de mayo de 2022 · 07:38

A espaldas de los ciudadanos, quienes no han sido consultados para la instalación de la planta de generación de energía eléctrica de ciclo combinado, en Kanasín, la empresa española Iberdrola pretendía utilizar grandes cantidades de recursos como el agua: unos 223 millones de litros por año, lo que afectaría a poblaciones cercanas.

Pero, además, también proyectaba “esparcir” unos tres millones de toneladas de monóxido de carbono sobre asentamientos humanos, como San Antonio Tehuitz, un gas que causa entre 5 mil y 10 mil intoxicaciones al año y es la segunda causa de muerte por envenenamiento en México, después de las drogas.

“Yo veo mal que estén haciendo esto y nadie de nosotros sabemos lo que se está haciendo, es preferible que nos informen antes y ya como comunidad sabremos si estamos a favor y en contra”, dijo Alberto Koh, comisario ejidal de San Antonio Tehuitz.

Por su parte, Cuauhtémoc Jacobo Femat, integrante del Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán, mencionó que la termoeléctrica representaría un grave impacto para el sistema kárstico en la entidad, por la cantidad de agua requerida y su cercanía con la Reserva Estatal Anillo de Cenotes, porque ahí se verterían las aguas residuales de la planta. Además, causaría escasez de agua no sólo en poblaciones vecinas, sino incluso en el Oriente de la capital.

“El tipo de actividad es contaminante, todos los proyectos requieren varios permisos, uno de esos es el título de concesión para la extracción del agua para procesos industriales, más los permisos de descarga de aguas residuales y su manejo, ya que esta agua pasará por procesos industriales y será vertido al manto acuífero”, insistió.

Sobre la cantidad de contaminantes que emitiría la planta, la neumóloga Diana Ortiz Farías explicó que el monóxido de carbono en grandes cantidades puede obligar a la población a usar cubrebocas, pues el gas es causante de enfermedades crónicas e incluso factor de riesgo de cáncer de pulmón.

Pobladores no sabían nada

En un recorrido realizado por POR ESTO! en la zona aledaña a los terrenos donde se asentaría la termoeléctrica, evidenció que la firma ibérica no brindó información a la localidad previo a la adquisición y planes de trabajo del proyecto eléctrico.

El comisario municipal de San Antonio Tehuitz, Alberto Koh, mencionó que los pobladores se sorprendieron al leer en el diario de la Dignidad, Identidad y Soberanía, en días pasados, información sobre la instalación de la CCE Mérida a pocos kilómetros de su territorio.

“Vimos la noticia la semana pasada y no sabíamos nada, muchas personas me preguntaron, pero realmente ni yo, como comisario, fui informado del proyecto”.

Admitió que en la comisaría hay una consulta, pero es referente a la ampliación del gasoducto del complejo Mayakán, que va rumbo a la termoeléctrica de Valladolid y que también surtiría de combustible a la de Kanasín, aunque esto también lo ignoraban. Aseveró que se han realizado juntas informativas para dar a conocer los procesos de la instalación y la adquisición de la tierra ejidal que serán necesarios.

“Sí nos han venido a visitar para hacer las sesiones informativas y la gente ha estado participando, pero cuando se anunció la cancelación de esta planta la gente se espantó porque pensó que era la de Valladolid; entonces no se está informando a la gente, porque sólo están construyendo sin preguntarnos y presentarnos los planes”, indicó.

El colectivo Ma’alob Cuxta, que monitorea este proyecto, documentó violaciones a derechos ambientales y humanos. Lamentó que la Secretaría de Fomento Económico y Trabajo del Gobierno de Yucatán haya declarado a los medios de comunicación que la empresa ya había empezado su proceso de autorización durante el periodo de consulta pública, cuando aún no había ninguna determinación oficial sobre el proyecto.

Daño al ecosistema

Cuauhtémoc Jacobo Femat, integrante del Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán, mencionó que el proyecto Iberdrola representaría un grave impacto para el sistema kárstico en la entidad, ya que en su funcionamiento requerirá 223 millones de litros de agua al año.

Además, por su cercanía con la Reserva Estatal Anillo de Cenotes -el MIA establece que estaría a menos de 200 metros-, éste sería el destino de todos los millones de litros de aguas residuales de la planta, lo que pondría en riesgo la calidad de la reserva.

“El tipo de actividad es contaminante, todos los proyectos requieren de varios permisos, uno de esos es el título de concesión para la extracción del agua para procesos industriales, más los permisos de descarga de aguas residuales y su manejo, ya que esta agua pasará por procesos industriales y será vertido al manto acuífero”.

Señaló que, al menos en la documentación, no hay el planteamiento de plantas, por lo que, al ser una zona de alta vulnerabilidad por su sistema kárstico, se estaría generando un impacto al sistema de aguas subterráneas de Yucatán. “Se estará inyectando agua cruda a esta planta que luego de su uso serán vertidas nuevamente en el suelo para luego llegar al acuífero. Esta agua que tenemos es para consumo humano, no hay otra fuente en Yucatán y ahí están vertiendo todos estos desechos”, manifestó.

Recordó que lo que haría la termoeléctrica es similar a lo que hacen actualmente las granjas porcícolas, empresas cerveceras y refresqueras. Se quejó de que mucha de la producción de estas empresas “es para la venta al extranjero, pero los desechos se quedan en Yucatán”.

Además, advirtió que la cantidad de agua necesaria para el funcionamiento de esta planta requerirá de un sistema de alcantarillado y gestión con el que no cuenta Kanasín, por lo que a futuro se pronosticaría un panorama de desabasto de agua potable para los pobladores de este municipio y la periferia de Mérida en el Oriente.

“Muchas casas se quedarían sin agua, así como está pasando en Hunucmá con la cervecera, bajan los niveles de agua en los pozos y la presión de este servicio para las viviendas es cada día más bajo por los niveles de consumo de estos proyectos, y si no se toma en cuenta a la población nos veremos en un estrés hídrico y todo para quedarse en unas pocas manos”, recalcó.

Amenaza invisible

Ante la espera de la evaluación que sometería nuevamente la empresa a la federación, Cuauhtémoc recomendó tomar como ejemplo la lucha de Homún, que en sus seis años de batalla legal han tomado las instalaciones de la granja y evitado la continuidad de sus operaciones debido a los registros del impacto ambiental que ésta genera.

“Han hecho válido su derecho a un ambiente sano, a la libre determinación de los pueblos, al acceso al agua. Es necesario que se realice una consulta a la población por el tamaño e impacto que tendrá este proyecto a la comunidad”, dijo.

La planta, según el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA), quemaría más de 150 millones de pies cúbicos de gas por día, generando, entre otros contaminantes, más de tres millones de toneladas de dióxido de carbono al año, además, de óxidos de nitrógeno.

La doctora Diana Ortiz Farías, especializada en neumología, señaló que los gases que emiten estas plantas “forman parte de lo que llamamos material particulado (PM)”. “Dependiendo de su tamaño es que resultan más dañinos”, expuso y señaló que los “PM de 2.5 micras son los más pequeños y son los que inhalamos. Y esta materia particulada puede tener bióxido de azufre, monóxido de carbono y el óxido de nitrógeno”, apuntó.

Ortiz puso como ejemplo lo que sucede en Ciudad de México, donde se acostumbra a poner alertas ambientales por la alta cantidad de PM y no pueden hacer actividades al aire libre y tienen que usar cubrebocas, pues “a la larga se corre el riesgo de un deterioro en el tracto respiratorio”.

“En algún momento el uso de cubrebocas podría ser necesario ante tantos contaminantes”, opinó al recordar que “está demostrado que la contaminación es causa de enfermedades respiratorias crónicas e incluso factor de riesgo de cáncer de pulmón”.

“El monóxido de carbono es de los gases más conocidos y la intoxicación por ese gas es la segunda causa de muerte de este tipo, después de la intoxicación por drogas”, expuso la neumóloga, quien reveló que se presentan al año entre 5 mil y 10 mil casos de intoxicación de esa índole a nivel nacional.

“No huele a nada, no tiene color y no causa irritaciones”, por lo que difícilmente se puede advertir su presencia. Se presenta con una combustión o cuando se queman hidrocarburos con el uso de braseros en espacios cerrados”, ejemplificó.

Pero su mayor peligrosidad es que tiene una afinidad hacia las células, superior a la del oxígeno. “Si estoy respirando oxígeno y monóxido de carbono, mis células van a captar más fácilmente el monóxido y esto va a propiciar una intoxicación en las células de los músculos, del corazón o del cerebro, lo que puede provocar arritmias, desmayos o alucinaciones, además de vómitos o diarrea”, detalló la neumóloga.

Sobre el óxido de nitrógeno, señaló que “son un grupo de gases”, nuevamente con presencia del óxido nítrico, ahora combinado con el dióxido de nitrógeno.

“Es el principal contaminante de las industrias y se produce por combustión a altas temperaturas y es un gas amarillo”, explicó. “Se puede ver en los coches y en las fábricas que sacan mucho humo y también en los incendios forestales”.

Estar expuestos a estos gases puede producir una neumonitis química, cuyos síntomas son tos crónica, falta de aire y presión en el pecho, entre otros, se precisó.

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JG